Casi dos años de compras irregulares de productos le ponen horario a las amas de casa. Los precios regulados cautivan la necesidad de las familias marabinas. En los supermercados no bajan la presencia de consumidores que buscan tener la comida segura en casa, publica La Verdad.Necesidad. Escasez. Resignación. Miedo. Así definen las amas de casa su espera en las colas para adquirir algún producto regulado en mercados, supermercados y jornadas de ventas de alimentos. El ahorro en los precios y la prioridad por tenerlos se acompañan con horas soleadas, ruido, empujones y gritos. Esther Castro, de 26 años, dice estar “acostumbrada a las colas crónicas”. Son casi cinco horas para comprar un sobre de leche en polvo, aceite o harina de maíz precocida.
Pero Carolina Pino, de 34 años, asegura “no” acostumbrase, a pesar de que ya son casi dos años de irregularidad en el abasto de comida. “En todas partes es igual la cola, si vas al mercado, al supermercado, a la tienda, a las bodegas o a las ventas que hacen en Mercal. Adonde vayas es así”, critica. Su piel muestra las marcas del sol. Dice no sufrir por eso, sino por sus “muchachos (hijos), son los que pagan” porque tienen que salir con ella. No los puede dejar solos en casa. Teme por su seguridad.
“La necesidad es tan grande que una tiene que hacer eso”, critica rodeada de otras amas de casa que asienten con la cabeza a la espera por entrar a un automercado de la Circunvalación 2, donde solo les dejaban adquirir cuatro kilos de harina de maíz y de arroz a precios regulados. Pino relata cómo sale “corriendo cuando dicen (sus vecinos) que llegó algún producto”. El “sacrificio” lo hace por sus tres hijos. “Son tres, cuatro o cinco horas” para abastecerse. Ya es “año y medio” de irregularidad en la compra de la comida bajo control de precio.
La Gobernación del Zulia tiene desde mayo activado el Plan de Seguridad Alimentaria. Se frenó el acaparamiento, el contrabando y las distribuciones que tendían a encarecer los precios de los principales rubros de la canasta alimentaria. Las autoridades aseguran que bajan las colas, la presencia de “bachaqueros”. Se redujo la especulación y hay más vigilancia en la frontera. El resguardo es permanente para evitar la salida de los bienes a Colombia, donde los precios se triplican.
Esther Chiquillo, de 56 años, considera que no hay cambios. “Los ‘bachaqueros’ siguen en las colas, siempre hay. Y todo es una cola: cola para harina, aceite, leche. Se pasa todo el día aquí a ver qué se consigue”, riñe mirando a su hija Johana Martínez, de 32 años, quien comenta que cuatro kilos de arroz “solo alcanzan para una semana, luego hay que volver a las colas”.
“En todos lados es igual la cola. Y si no tienes los 300 bolívares, no sabes si tendrán la harina o el arroz. Hay veces que se acaba”.
Carolina Pino, 34 años, ama de casa
“Cuando traen productos regulados es que vengo hacer las colas, de lo contrario, no vengo. Lo hago por necesidad”.
Esther Castro, 26 años, ama de casa
Con información de: La Verdad.