Los venezolanos que deciden migrar no siempre tienen el camino fácil, la mayoría tiene que arriesgarse a llegar a otro país sin documentaciones debidamente legalizadas o trabajo, pero emprender o dedicarse a oficios que jamás pensaron ejercer no ha sido motivo de pena, sino de orgullo y aprendizajes.
Una joven venezolana llegó a Miami, en Estados Unidos, en el año 2017 solo logró conseguir un trabajo como vendedora de bicicletas, pero dos años después está diseñando modelos de bicicletas para niños de una marca en ese país.
Otro joven comenzó en Viña del Mar, Chile, trabajando como mesero, tras lograr apostillar su título universitario pudo ejercer su profesión: la medicina.
Un venezolano contó que comenzó su vida en el extranjero vendiendo bombas rellenas y actualmente se desempeña como presentador y narrador de fútbol en un canal televisivo.
Por su parte, otro criollo explicó que comenzó trabajando como vigilante de un conjunto residencial 12 horas diarias y actualmente es parte del equipo de control de calidad de la empresa Samsung.