Más de 56.000 mexicanos presenciaron el juego en pantallas gigantes instaladas en el Ángel y en Zócalo: la mayoría de las oficinas cambiaron su horario de trabajo para dar a sus empleados la oportunidad de ver el partido.
A pesar del resultado en el marcador, México clasificó gracias a que Corea ganó frente a Alemania, lo que hizo que la escuadra asiática se ganara unas cuantas porras: «¡Corea, hermana, ya eres mexicana!».
Muchos mexicanos fueron a buscar vecinos coreanos para festejar con ellos y agradecerles por la ayuda ante sus rivales en el grupo F del Mundial.
Incluso una multitud se congregó frente a la embajada de Corea del Sur para celebrar el pase a octavos de final.