«¿Es su Biblia?«, le preguntaron los periodistas al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. «Es una Biblia», respondió el mandatario tras posar ante la iglesia incendiada en los violentos disturbios hace unos días.
La imagen causó revuelo, puesto que minutos antes, los policías habían dispersaron con gas lacrimógeno a un grupo de manifestantes que se encontraban en dicho punto.
“Estos no son actos de protesta pacífica, son actos de terrorismo nacional”, dijo el mandatario, en un mensaje a la nación desde la Casa Blanca, minutos antes de que entrara en vigor el toque de queda en la capital de EEUU.
En la misma alocución, Trump amenazó con mover al Ejército si los violentos disturbios no eran contenidos por las autoridades locales.
“Movilizo todos los recursos federales disponibles, civiles y militares”, agregó.“Tienen que arrestar a la gente, tienen que procesarlos, y deben ir a la cárcel por periodos de tiempo largos”, añadió. “Lo estamos haciendo en Washington DC. Vamos a hacer algo que la gente nunca ha visto antes”.
La imagen causó revuelo en redes sociales y reacciones diversas. Algunos lo consideraron un gesto desafiante y hasta ofensivo por su fuerte posición, mientras que otros consideraron que era un mensaje para los grupos «terroristas» que desprecian las creencias occidentales.