Alex Naín Saab Morán, el empresario colombiano detenido hace varios días en Cabo Verde, siempre estuvo bajo perfil. Apenas hay fotos de él. La prensa colombiana repite una en la que luce un esmoquin negro, tomada hace años en un evento social en su Barranquilla natal. Pero, ¿a qué se dedicaba? ¿Qué se sabe de su pasado?
El diario Semana afirmó que Saab era vendedor de llaveros y uniformes de trabajo en Barranquilla. Allí conoció a Álvaro Pulido, el otro contratista del régimen venezolano que también es buscado por la justicia norteamericana cuyo verdadero nombre es Germán Rubio.
Sin embargo, por problemas judiciales, dejó de utilizar su nombre y comenzó a utilizar la identidad de una persona fallecida en Miami en 2005. En 2000 Pulido fue relacionado a un caso de narcotráfico en Colombia.
Luego de firmar alianzas, Saab y Pulido comenzaron a exportar al vecino país utilizando el polémico sistema preferencial de cambio Cadivi.
En 2011, Saab participó en un acuerdo alcanzado entre los por entonces presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Hugo Chávez.
En el acto donde se rubricaron las firmas, también estuvo Maduro, por ese entonces vicepresidente de Chávez. El convenio era para la construcción de viviendas prefabricadas.
La presencia de Saab en la firma de aquel convenio no fue la única rareza. Entre 2013 y 2015, la Fiscalía de Ecuador ventiló diversas irregularidades, acusó a directivos y congeló dinero de Fondo Global de Construcción, propiedad de Saab.
Desde Ecuador debían despachar los materiales de construcción, aprovechando el sistema de pagos de compensación que entonces mantenían Hugo Chávez y Rafael Correa. Este mismo negocio, a mediados de 2019, le permitió a un fiscal del estado de Florida lanzar una acusación contra Álex Saab y Álvaro Pulido Vargas por una operación de lavado de dinero de unos 350 millones de dólares, señalamiento que resultó decisivo para justificar su detención el 12 de junio.
CLAP
Saab y Maduro labraron millonarios negocios con relativa calma hasta 2017. En los primeros años de la presidencia de Maduro, la trama de empresas de Saab acumuló unos 120 millones de dólares provenientes de las asignaciones de dólares preferenciales en las denominadas ‘subastas Sicad’.
Otros 125 millones de dólares con contratos para la venta de materia prima a granel, como maíz, trigo o soya, en lo que hoy luce como la ‘precuela’ de los CLAP. También, un acuerdo por 4.000 millones de dólares para la explotación petrolera con la fantasmal Trenaco, domiciliada en Colombia y Suiza, al frente de la cual estuvo el empresario colombiano Carlos Gutiérrez Robayo.
En pocos días, el empresario barranquillero pasó de ser uno de los hombres más poderosos y cercanos al régimen de Maduro a perder parte de su fortuna y su libertad.
Redacción Maduradas con información de Semana
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