El régimen chino mantiene confinadas a 25 millones de personas sin acceso a alimentos y productos básicos para evitar los contagios masivos a propósito de la propagación de la variante del coronavirus (ómicron).
De acuerdo a la información suministrada por las agencias informativas y replicada por el portal Infobae,en el país asiático se ordenó el cierre de toda la ciudad por un brote de COVID-19, pero no se garantiza la entrega de comida y las aplicaciones de reparto no pueden seguir el ritmo de la demanda
En consecuencia, la situación se ha convertido rápidamente en una «pesadilla logística», ya que los millones de habitantes de la ciudad luchan por conseguir que se les entreguen los alimentos básicos.
Esto ha provocado un aumento de las compras en grupo, en las que un complejo residencial coordina las compras al por mayor y la distribución, normalmente a través de un grupo de WeChat.
Sin embargo, aunque los grupos de compra han sido eficaces a la hora de hacer llegar los alimentos a los residentes, incluso ellos se están viendo desbordados.
Por último, vale la pena destacar, que las autoridades aclararon el pasado viernes 8 de abril que los rumores de que Shanghai iba a detener las compras en grupo eran falsos, y previamente han prometido intensificar los esfuerzos de suministro.