Los servicios básicos en Venezuela podrán ser los más baratos del mundo, como en varias oportunidades lo han dicho voceros oficialistas, pero no sirven para nada.
Conseguir gas doméstico en el país es tan difícil como encontrar alimentos. Las personas que no cuentan con el servicio en sus residencias deben ingeniárselas para comprar las conocidas bombonas.
Los venezolanos deben recorrer largos caminos para surtirse de gas doméstico, el cual -como casi todo en el país- posee un precio especulativo dada la dificultad para adquirirlo.
Los afectados son las personas de los estratos más bajos, pues viven en barriadas y sectores no consolidados que no cuentan con el servicio residencial de gas doméstico.
Esta penosa realidad que padecen millones de venezolanos contrasta con la moderna Planta de Gas Licuado Hugo Chávez, ubicada en Grenada con cooperación del régimen de Nicolás Maduro.
La planta, dispuesta en la isla desde el 15 de octubre de 2015, tiene capacidad para llenar 30.000 bombonas al mes y 360.000 bombonas al año a un «precio justo» para sus habitantes.