Una persona con condiciones atléticas como Leopoldo López, puede contar con mayor resistencia para afrontar una huelga de hambre, sin embargo las condiciones de hacinamiento y el ayuno prolongado desencadena daños irreversibles en algunos órganos, así lo explicó Jesús Elías Dawaher, médico internista e infectólogo en una entrevista realizada por El Nacional.
Las condiciones de personas que inician una huelga de hambre pueden variar de acuerdo con el sitio donde se encuentren. Los ayunos prolongados afectan con más severidad a quienes están privados de libertad.
Jesús Elías Dawaher, médico internista e infectólogo, explicó que el déficit de nutrientes afecta al organismo y el cuadro se complica debido a la restricción de espacio y del resto de las libertades: “El hecho de que estén confinados conlleva al desgaste rápido de los músculos por la falta de movimiento. Por otra parte, la falta de sol bloquea la entrada de vitamina D, que regula la función sanguínea”.
La interrupción de alimentación obliga al cuerpo a buscar la glucosa que proporcionan los alimentos. El proceso de autoabastecimiento de la glucosa depende de la condición física y de los antecedentes médicos de quienes emprenden una huelga de hambre.
Se calcula que aproximadamente una semana después del inicio de una huelga de hambre el organismo empieza a resentir los efectos de la inanición: falla el hígado, los riñones y el estómago.
El médico explicó que cuando el cuerpo es sometido al ayuno absoluto, o incluso cuando solo se consumen líquidos, este busca la manera de obtener la glucosa necesaria para funcionar. Su primera fuente de autoabastecimiento es el hígado y luego los músculos.
“Hay partes del cuerpo que necesitan de ese azúcar para funcionar, como el cerebro. Esos ayunos llevan a la degradación de los músculos debido al déficit de micronutrientes”, indicó.
Dawaher resaltó que el deterioro corporal varía de acuerdo con cada persona, y se refirió al caso de Leopoldo López, conocido por sus actividades en atletismo y natación, lo que influye en la capacidad de resistencia del ayuno voluntario emprendido hace casi 15 días.
Señaló que la huelga de hambre puede causar consecuencias severas y en ocasiones irreversibles y hasta fatales por atrofia muscular severa que impide la actividad respiratoria o por falla cardíaca, que conlleva al paro cardíaco.
Precisó Dawaher que aun cuando los huelguistas reviertan su protesta deben recibir tratamientos endovenosos antes de reiniciar la alimentación convencional. Caso contrario se incrementa el riesgo de hiperalimentacioón y shock.
María Yanes, nefrólogo, ex presidenta de la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela, señaló que cuando una persona se somete a una huelga de hambre también pueden esperarse daños renales: “Esa condición ocasiona una disminución del flujo sanguíneo a los dos riñones y una posible insuficiencia renal que, si se prolonga, puede dejar daños irreversibles”.