Un grupo de chavistas rebeldes tomó los alrededores de la sede de la Asamblea Nacional para realizar un «plantón» con el fin de secuestrar a los diputados que se encuentran en una sesión especial por la conmemoración del día de la independencia de Venezuela.
Los simpatizantes rojitos lanzaron cohetones y amenazaron con no dejar entrar ni salir a nadie.
Más temprano, un grupo de seguidores del chavismo acompañó al vicepresidente ejecutivo, Tareck El Aissami, quien apareció en el Palacio Federal Legislativo para leer el acta de la independencia, que es resguardada en uno de los salones de la sede parlamentaria.
El Aissami ofreció un discurso en el que «invitó» a los «revolucionarios» a tomar la sede de la Asamblea Nacional, un poder, que, según él, había sido «secuestrado por la oligarquía».