Este domingo 27 de agosto, tres marines estadounidenses murieron, luego de que se estrellara un avión Osprey en el que viajaban, en una isla remota al norte de Australia durante unas maniobras de entrenamiento.
Del mismo modo, otros cinco militares norteamericanos fueron rescatados en el lugar del accidente, en estado de gravedad. Se pudo saber que estos fueron trasladados a un hospital de Darwin. Las autoridades australianas indicaron que se encontraban estaba al resto de la tripulación que resultó herida.
De acuerdo con AFP, había un total de 23 personas a bordo de la aeronave.
Se pudo saber, de igual manera, que los esfuerzos de rescate se habrían complicado por la ubicación del accidente, el cual se produjo en la remota y poco poblada isla de Melville, a unos 60 kilómetros al norte del continente australiano.
«Los esfuerzos de recuperación continúan«, indicaron las autoridades locales al tiempo que aseguraron que se inició una investigación.
De hecho, el primer ministro, Anthony Albanese, señaló el accidente como «trágico» y «lamentable», pero subrayó que las autoridades aún están tratando de esclarecer lo ocurrido.
Es vital tener en consideración que el avión Osprey tiene una historia problemática, plagada de una serie de accidentes mortales a lo largo de los años: cuatro marines estadounidenses murieron el año pasado en Noruega cuando su avión V-22B Osprey se estrelló durante unos ejercicios de entrenamiento de la OTAN.
Así mismo, 19 marines murieron en 2000, cuando su Osprey se estrelló durante unas maniobras en Arizona.
Y otros tres soldados norteamericanos murieron, en 2017, cuando un Osprey se estrelló, tras rozar la parte trasera de un barco de transporte mientras intentaba aterrizar en el mar frente a la costa norte de Australia.
Redacción Maduradas con información de AFP
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