Los centros hospitalarios que “funcionan”, a duras penas, en Venezuela están enfrentando, a diario, un sinnúmero de problemas que afectan a los pacientes, a las instalaciones y hasta a los profesionales que se desempeñan en estos lugares.
Uno de los más recientes hechos que conmocionó a la sociedad civil del país fue la denuncia de la explosión de dos cadáveres en la morgue del Hospital Clínico Universitario de Caracas.
Sin embargo, este hecho no ocurre solo en este centro médico. En un importante hospital del estado Zulia, una de las más pobladas y golpeadas entidades de Venezuela, la situación es peor.
Los cuerpos de los difuntos pueden pasar hasta seis meses en las cavas que no funcionan como consecuencia de los innumerables apagones que afectan al Zulia. Así lo narró El Nacional.
Allí los cadáveres se mantienen expuestos a temperatura ambiente, lo cual en el Zulia representa no menos de 30 grados. Adicionalmente, ante la falta de ventilación artificial de aires acondicionados, las puertas de la morgue permanecen abiertas.
De acuerdo con los médicos forenses encargados de la dependencia, algunos de los cuerpos que no han sido reclamados, han explotado dentro de los compartimientos sofocantes, como consecuencia de los gases putrefactos que, luego de tanto tiempo, buscan alguna manera de salir de los cadáveres.
Este proceso debería ocurrir cuando los fallecidos se encuentran enterrados. Sin embargo, ante la falta de insumos y recursos en los hospitales, así como la crisis económica que viven los familiares de los muertos, el hecho se produce en las instalaciones de la morgue.
Aunque la situación en ese aspecto es crítica, existen otras muchas situaciones que la agravan: no funcionan los ascensores, por lo que los cuerpos son movilizados por las escaleras; no hay guantes, por lo que los forenses deben manipular los cadáveres con las manos desnudas y exponiéndose a enfermedades.
Redacción Maduradas con información de El Nacional
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