El director del Observatorio Venezolano de Violencia, Roberto Briceño León, relató a la Voz de América cómo la crisis económica del país ha llevado a los niños entre 10 y 12 años a sumarse a bandas criminales a cambio de comida.
«A los niños les invitan comida o refrescos, los invitan al lugar donde está la banda y allí dentro los llevan a comer hamburguesas. Es muy dramático que esas formas de captarlos que antes tenían que ver con unos zapatos de marca, un teléfono o una tablet ahora sea traducido a la comida», declaró.