Lo relevante del hallazgo es que apoya la hipótesis de que la presencia de agua no está limitada a las regiones frías y oscuras de la luna y podría estar distribuida por toda la superficie lunar.
«Las observaciones anteriores de la superficie de la Luna detectaron alguna forma de hidrógeno, pero no pudieron distinguir entre el agua y su pariente químico cercano, el hidroxilo (OH). Los datos de esta ubicación revelan agua en concentraciones de 100 a 412 partes por millón, atrapada en un metro cúbico de suelo esparcido por la superficie lunar. Los resultados se publican en el último número de Nature Astronomy», reseña la Nasa en su sitio web en español.
A modo de comparación, el desierto del Sahara tiene 100 veces la cantidad de agua que SOFIA detectó en el suelo lunar. A pesar de las pequeñas cantidades, el descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre cómo se crea el agua y cómo persiste en la dura superficie lunar sin aire.
«Sin una atmósfera espesa, el agua en la superficie lunar iluminada por el Sol debería perderse en el espacio», dijo Honniball, becario postdoctoral en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Sin embargo, de alguna manera lo estamos viendo. Algo está generando el agua y algo debe estar atrapándola allí».
Por lo pronto, las hipótesis son dos: El agua podría haber sido depositada por pequeños impactos de meteorito o creadas por la interacción de partículas energéticas expulsadas del sol.
Esta confirmación abriría las puertas a una nueva fase de la exploración espacial ya que, dependiendo de lo difícil o no que sea encontrar agua en la luna, se podría hasta pensar en la idea de establecer bases lunares.
Las redes sociales estallaron con este anuncio y el tópico #Luna fue tendencia en el mundo.