Debido a la migración venezolana cientos de ancianos en el país han quedado desatendidos puesto que sus hijos se han ido del país.
Ante esta dura realidad, un grupo de venezolano ha dado inicio a una idea cargada de solidaridad que fue denominada «Mi hijo suplente».
La iniciativa tiene como objetivo atender a estas personas que han quedado solas, como es el caso de la mujer de 85 años, Yolanda Balestrini, cuyo hijo vive en Argentina desde hace una década, y a quien ahora Yaneth Calderón ayuda llevándola a sus consultas o haciéndole las compras.
«Yo me sentía muy desvalida. No tenía mucha fuerza en las piernas para caminar y los otros no estaban ahí para que me llevaran y se pusieran a esperarme mientras yo iba a los médicos”, afirma Balestrini.
Por ese trabajo, Calderón gana entre 8 y 14 dólares la hora, aunque en principio reconoce que lo hacía de manera voluntaria a las amigas de su madre.
«Hay una diáspora muy grande. Los adultos mayores están solos. En el edificio, aquí, mucha gente sola. Muchos apartamentos con solo gente mayor”, contó.
Por esta razón decidió crear «Mi hijo suplente» con otros amigos, y así atender a personas de la tercera edad con hijos que se encuentran viviendo fuera del país y que no pueden atender los problemas de sus parientes mayores.