Dale Molé, ex médico de la Marina de Estados Unidos, explicó lo que le pudo haber ocurrido a los cinco tripulantes que iban a bordo del submarino Titán, que implosionó tras sumergirse a casi 4.000 metros de profundidad en el Atlántico Norte, en una expedición hacia los restos del Titanic.
El doctor detalló que el trágico suceso que acabó con la vida del CEO de OceanGate, Stockton Rush, Shahzada Dawood, su hijo Suleman, Hamish Harding y Paul-Henri Nargeolet pudo haber sido rápido e indoloro.
“Habría sido tan repentino, que ni siquiera habrían sabido que había un problema, o lo que les sucedió. Es como estar aquí un minuto y luego el interruptor se apaga. Estás vivo un milisegundo y al siguiente milisegundo estás muerto”, sostuvo.
Asimismo, Molé mencionó algunas de las diferencias entre una explosión y una implosión, agregando que en el caso del Titán probablemente fue «hechos pedazos».
«Una implosión es cuando la onda de presión está hacia adentro, mientras que una explosión es cuando la onda de presión o la onda de choque sale de cualquier fuente”, mencionó.
Por su parte, la Guardia Costera estadounidense sostuvo que es poco probable que los cuerpos sean encontrados alguna vez, debido al ambiente hostil a miles de metros de profundidad.
Los cuerpos ni se carbonizan, ni se expanden, ni se consumen; opina investigador forense
En el año 2018 se dio a conocer en Argentina el hallazgo del submarino ARA San Juan, a 800 metros de profundidad y a unos 500 kilómetros de la ciudad de Comodoro Rivadavia. Al igual que el Titán, el sumergible argentino implosionó provocando la muerte de las personas a bordo.
«Los tripulantes del submarino ARA San Juan fueron afectados por la descomposición natural acelerada por la presencia del agua. Lamentablemente, no queda nada de los cuerpos», expresó el perito naval Fernando Morales.
Seguidamente, explicó que cada 10 metros de agua, el cuerpo o cualquier objeto soporta una presión de un kilo, por lo que a 800 metros se registra una presión que es 80 veces superior a la que las personas están acostumbradas.
«Imaginen que el submarino se parte y los cuerpos que están allí reciben de manera repentina el impacto de una manguera enorme, que es el mar, y los golpea a 80 kilos de presión», continuó.
El investigador forense Raúl Torre, por su parte, consideró que los cuerpos ni se carbonizan, ni se expanden, ni se consumen. «Qué pasa con los cuerpos… Nada. Cuanto mucho, si la implosión compacta la zona ‘hueca’, se aplastan», expuso.
Entretanto, la teoría de Pedro Alcaraz, un submarinista retirado que asegura haber estado en la construcción del ARA San Juan, es que si los cuerpos «estuvieron en contacto con el agua, desaparecieron«.
«Si vos dejás un pollo tirado en la calle, a los cuatro días sin que nadie lo haya comido ya se va descomponiendo solo, así que imagínate lo que sería en el fondo del mar. Tal vez están protegidos por el casco resistente y se mantuvieron. Pero si entró agua, desaparecieron», concluyó.
Redacción Maduradas con información de Misiones Online
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