«Pretende lavarse las manos» aseguró este martes 4 de mayo el exalcalde de Caracas en el exilio Antonio Ledezma en alusión a los últimos movimientos del régimen de Nicolás Maduro, en los cuales reconocen, por ejemplo, que el estudiante Juan Pablo Pernalete fue asesinado por las fuerzas de seguridad en las protestas de 2017 por el impacto de una bomba lacrimógena y no de un balín de una pistola de perno.
«Nicolás Maduro después que dio la orden de ‘apagar candelitas’ con gas, perdigones y plomo, en las manifestaciones pacíficas protagonizadas por estudiantes y la sociedad civil venezolana en 2014, 2016 y 2017, ahora pretende lavarse las manos entregando a policías y militares que usaron para perpetrar sus crímenes de lesa humanidad. ¡Así paga el diablo!», sostuvo el dirigente.
Tarek William Saab, fiscal general controlado por el régimen de Nicolás Maduro, anunció el pasado viernes que envió un tercer informe a la Fiscalía de la Corte Penal Internacional (CPI) sobre las supuestas actuaciones del Estado venezolano en defensa de los derechos humanos, en el cual cambió radicalmente las versiones oficiales sobre los casos de concejal de Caracas, Fernando Albán, el capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo y el joven Juan Pablo Pernalete.
La acción ha sido interpretada por muchos en la oposición como una estrategia que busca redención por parte de varios funcionarios del régimen de chavista, ante la proximidad de una condena por crímenes de lesa humanidad de la CPI.
«Hay que estar muy claros de lo que pretende el ilegítimo fiscal con esto: acreditar que en Venezuela hay investigaciones penales objetivas. A Fernando Albán lo mató el sistema represivo de Maduro, no (solo) los dos funcionarios a quienes ahora se inculpa para huir de la CPI», comentó en Twitter José Ignacio Hernández, exprocurador del mandatario interino.
Redacción Maduradas con información de La Patilla
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