El calvario de los sobrecostos de más de 500% en los Boletos Aereos desde Caracas. A la decisión del Gobierno de rebajar los cupos de dólares aprobados para viajes, se suma la negativa de un grupo de aerolíneas de vender nuevas sillas por deudas acumuladas.
Aerolíneas como Delta, United o Ai Canada, suspendieron la semana pasada la venta de tiquetes a los viajeros venezolanos. / AFP
Hasta nuevo aviso, Venezuela es un destino prohibido. Así lo han determinado las compañías aéreas que la semana pasada suspendieron «temporalmente» la venta de pasajes al vecino país, medida que se extendería hasta que el gobierno de Nicolás Maduro cancele la abultada de deuda que mantiene con ellas. Según algunas estimaciones, ese pasivo ascendería hasta los US$3.300 millones y ha venido aumentando por la demora en la liquidación de divisas durante todo 2013.
El efecto de la suspensión se sintió de inmediato en el mercado, prolongando aún más la extensa línea de espera que los venezolanos deben hacer para conseguir asientos disponibles en un vuelo internacional. «La situación es tan difícil que no se consigue un billete Caracas-Puerto Rosario (España) sino para diciembre de 2014, y estamos en enero«, le dijo Fanny Rodríguez, una viajera caraqueña, a la cadena británica BBC. El alza es recíproca para los extranjeros. Según un análisis de la escuela española de negocios IE, la media de precio de un vuelo Caracas-Madrid pasó de 6.000 bolívares (US$952,82) en 2013 a 32.000 bolívares (US$5.081,70) en lo corrido del año, lo que significa un aumento de 533%.
Este sobrecosto es solo uno de los múltiples problemas que un venezolano debe afrontar hoy para salir de su país. El más engorroso es la aprobación, por parte de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi), del cupo en dólares autorizado a cada viajero para que gaste en el exterior, un trámite que incluye el pago de una tarifa en un banco, llenar un formulario y adjuntar todos los soportes para que la solicitud sea analizada por un funcionario público. Con su visto bueno, se abona la cantidad reglamentada a la tarjeta de crédito del usuario de acuerdo a su destino: US$3.000 para Europa, US$2.500 para Estados Unidos o US$700 para Colombia.
Pero desde la semana pasada, y por orden presidencial, el panorama es aún más deprimente. Con el objetivo de combatir la abundancia de dólares en el mercado negro, el gobierno venezolano cambió la tasa de cambio preferencial para los viajeros de 6,30 bolívares por dólar (la oficial) a una alterna que surge de las subastas semanales de divisas, y cuyo cambio promedio está en 11,36 bolívares. Y para completar, reajustó los montos destinados a los viajeros: para el Estado de Florida, en EE.UU., uno de los destinos más demandados, será de US$700; asimismo, se redujo de US$400 a US$300 el tope máximo para compras por internet.
El gran objetivo de la medida es atajar las diversas modalidades que alimentan el mercado negro. Como ‘el raspao’, que consiste en gastar todo el cupo autorizado en la tarjeta de crédito en el exterior a cambio de efectivo para cambiar, a la vuelta, las divisas al cambio paralelo, por encima de los 30 bolívares. O el envío del plástico al exterior, para que un amigo del ciudadano autorizado cobre el efectivo y lo envíe de regreso vía correo certificado.
Aunque el Gobierno anunció que mirará con lupa las facturas de las aerolíneas, muy pocas compañías confían en que cumpla su palabra. Del grupo inicial, entre las que estaban Air Canada, Copa, Air Europa, Delta y United, solo la ecuatoriana Tame ha reanudado su operación. A todas luces será un duro pulso, pues rechazaron la oferta inicial del Gobierno de pagar la deuda con combustible gratuito para su operación (se estima que el abastecimiento de un Boeing 767 cuesta US$800.000). Además, agremiaciones como Fedecámaras han manifestado su rechazo al tratamiento preferencial que se le quiere dar a las facturas vencidas del sector aéreo en contravía de lo adeudado a la industria local.
Por lo pronto, el panorama para los viajeros puede empeorar. Algunas fuentes aseguran que los únicos tiquetes disponibles para vuelos originados desde Caracas se consiguen por internet, pagados en dólares y adquiridos desde el exterior. «La operadora de reservas me dijo que podía comprar mi vuelo en dólares o euros, no en bolívares. Soy venezolano, ¿qué otra moneda podría utilizar?», le dijo Javier Martinez, un viajero en Caracas, al diario estadounidense USA Today, así lo reseñan AFP/ AP con información del espectador.com