Venezuela registró este viernes protestas y graves disturbios, incluido un ataque a la sede del Parlamento, tras la muerte de un joven por disparos a quemarropa de un militar, ante lo cual el presidente Nicolás Maduro ordenó a las Fuerzas Armadas adecuarse para «la paz» y con miras al cambio de la Constitución.
La oposición protestó este viernes por el asesinato de David Vallenilla, un joven de 22 años que este jueves recibió disparos a quemarropa de un miembro la Fuerza Armada desde el interior de la base aérea militar de La Carlota, que colinda con la autopista Francisco Fajardo, la principal arteria vial de Caracas.
«Yo quiero que esto no quede así nada más, Nicolás (Maduro), por favor. No era malandro (delincuente), era un estudiante graduado (…). Nicolás, por favor, (soy) David Vallenilla, fui tu jefe«, dijo a los medios el padre del joven desde la morgue en la que se encontraba el cuerpo de su hijo, al explicar que trabajó en el Metro de Caracas con el presidente.
Frente a la misma base aérea de La Carlota, un centenar de personas se enfrentó, por segundo día consecutivo, con integrantes la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada) lo que dejó varios heridos, aunque ninguno de gravedad.
En el lugar fueron incendiados tres camiones y, mientras los manifestantes se acercaban al borde de la base aérea para lanzar piedras contra los agentes de la GNB, estos usaron agua y gases lacrimógenos para dispersarlos.
La manifestación opositora incluyó un «trancazo», en la que cortaron varias vías durante dos horas y que se cumplió con éxito, según la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
El «trancazo» terminó sin altercados en el interior del país pero en Caracas se registraron enfrentamientos entre manifestantes y uniformados, actos vandálicos, redadas policiales y un ataque armado a la sede administrativa de la Asamblea Nacional (Parlamento), el único poder controlado por la oposición.
Un grupo de civiles, supuestamente armados, atacó con explosivos, piedras y palos la sede administrativa del Parlamento, lo que dejó cuatro heridos y daños materiales.
Los agresores, según el Legislativo, eran miembros de los llamados colectivos -organizaciones civiles a veces armadas afines al Gobierno- e intentaron derribar la puerta principal de acceso al edificio, mientras otros detonaron explosivos y fuegos artificiales, «y la mayoría amenazaron con palos,tubos y piedras».
Además, al menos quince jóvenes fueron detenidos por agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y de la PNB en una plaza y durante el registro de una residencia en el municipio caraqueño de Chacao.
Estas acciones tuvieron lugar en el día 84 desde que se iniciaron las protestas en el país y varias de ellas fueron convocadas para rechazar una vez más el cambio de ordenamiento jurídico que promueve el Ejecutivo mediante una Asamblea Nacional Constituyente, que será elegida el próximo 30 de julio.
El presidente responsabilizó al jefe del Parlamento, Julio Borges, de los ataques a «bases militares» y «al pueblo» durante las protestas y afirmó que le causaba dolor que «por culpa de un Julio Borges» jóvenes sean «llevados» a la «violencia» y al manejo de «explosivos» y «encuentren el fin de su vida allí».
Maduro, que participó en un acto castrense en el que hizo oficiales los nombramientos de los altos mandos designados esta semana, ordenó, además, a la nueva cúpula militar que adecúe a las Fuerzas Armadas a las circunstancias que vive el país para alcanzar «la paz».
«De inmediato, comencemos a adecuar las fuerzas de orden público que necesita la Patria para que haya paz, paz con vida, y no caiga más nadie en el conflicto violento que ha declarado la oposición», afirmó.
El presidente pidió a la cúpula militar tener conciencia del momento que vive el país para hacer estas adecuaciones porque, consideró, «no es fácil enfrentar a este tipo de grupos, porque no es una guerra arma contra arma».
«Por eso es prohibido el uso de armas de fuego y por eso he ratificado su prohibición«, agregó.
Información de EFE
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