Los daños por el reciente paso del huracán Dorian por algunas zonas del norte de las Bahamas suman unos 7.000 millones de dólares, según un informe elaborado por la compañía de control de riesgos estadounidense Karen Clark and Company (KCC).
De acuerdo a datos oficiales han fallecido 45 personas, aunque se espera que la cifra suba considerablemente, cientos de personas están desaparecidas y 70.000 no tienen vivienda, de acuerdo a datos de la ONU.
Entre lo positivo destaca el hecho de que los daños en Nueva Providencia, donde se encuentra la capital y la isla más poblada del archipiélago, no fueron tan significativos como en Islas Ábaco y Gran Bahama, se lee en el estudio remitido a Efe este lunes.
Los daños, de acuerdo a KCC, se reparten entre 4.000 millones en Ábaco, 2.000 millones en Gran Bahama y mil millones en Nueva Providencia.
En Nueva Providencia los destrozos registrados se debieron, fundamentalmente a daños causados por algunas ráfagas de viento y las inundaciones por la subida del nivel del mar.
La evaluación de la destrucción, agrega la empresa, incluye edificios, el contenido de los mismos y el parón que sufren los negocios, entre otros.
Las ráfagas de viento de mayor velocidad, de acuerdo a KCC, soplaron en Cayo Elbow y Puerto Marsh, aunque no detalla a cuánto, mientras que Ábaco fue la zona donde el huracán estuvo durante un período más prolongado de tiempo expuesto a vientos de 184 millas por hora (unos 296 kilómetros a la hora).
Además registró subidas de agua de 20 pies de altura (seis metros).
El estudio de KCC también indica que con los vientos de tantas velocidad y las casas de madera, material predominante en la construcción en Bahamas, la mayoría de las viviendas y edificios registraron daños “mayúsculos”.
Por otro lado, el informe señala que los principales daños en Gran Bahama se debieron a la subida del agua y que en Freeport los vientos fueron de 120 millas por hora (193 kilómetros por hora).
Por último, indicó que las inundaciones en Nueva Providencia se intensificaron por los vientos propios de una tormenta tropical que se limitaron a la destrucción de tejados.
El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo que su país tiene que tener “cuidado” a la hora de acoger a refugiados que están llegando a Estados Unidos desde las Bahamas tras el paso del huracán Dorian por esas islas, porque entre ellos podría haber “gente muy mala” y pandilleros.
“Tenemos que tener mucho cuidado. Todo el mundo necesita tener una documentación completamente apropiada, porque las Bahamas han tenido algunos problemas tremendos con gente que iba a las Bahamas y que se suponía que no debían estar allí”, dijo Trump en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca.
“No quiero permitir que gente que se suponía que no tenía que estar en las Bahamas venga a Estados Unidos, incluida alguna gente muy mala y algunos miembros de bandas criminales muy malas”, agregó.
El argumento de cerrar la puerta a los refugiados por la posibilidad de que entre ellos pueda haber criminales es una constante para Trump, quien ya lo empleó durante su campaña electoral en 2016 para referirse a los procedentes de Siria y otros países en Oriente Medio.
Con información de EFE
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