El director general de Twitter Jack Dorsey rompió el miércoles el silencio con una serie de publicaciones en la plataforma en las que defendió la decisión de su compañía de cancelar la cuenta del presidente Donald Trump, aunque advirtió que se podría establecer un peligroso precedente.
Cuando Twitter denunció la incitación a la violencia por parte de Trump, la compañía enfrentó una “circunstancia extraordinaria e insostenible” con respecto a la seguridad pública, señaló Dorsey. “Creo que fue la decisión correcta por parte de Twitter”.
Pero este tipo de medidas, añadió, también resaltan el “fracaso” de Twitter para crear un espacio abierto y saludable para lo que Dorsey describe como la “conversación pública global”. De hecho, insinuó, tomar acciones extremas contra figuras públicas como cancelar la cuenta de Trump destaca el extraordinario poder que pueden llegar a tener compañías como la suya, y el daño colateral que pueden provocar.
Sin embargo, el cofundador de Twitter no dijo mucho en específico sobre la manera como su plataforma y las de otros gigantes del sector tecnológico pueden evitar dichas medidas en el futuro.
A continuación, el comunicado:
No celebro ni me enorgullezco de tener que bloquear a Donald Trump de Twitter, o cómo llegamos aquí. Después de una advertencia clara de que tomaríamos esta medida, tomamos una decisión con la mejor información que teníamos en función de las amenazas a la seguridad física tanto dentro como fuera de Twitter. ¿Fue esto correcto?.
Creo que esta fue la decisión correcta para Twitter. Enfrentamos una circunstancia extraordinaria e insostenible que nos obligó a enfocar todas nuestras acciones en la seguridad pública. El daño fuera de línea como resultado del discurso en línea es demostrablemente real, y lo que impulsa nuestra política y cumplimiento sobre todo.
“Dicho esto, tener que prohibir una cuenta tiene ramificaciones reales y significativas. Si bien hay excepciones claras y obvias, creo que una prohibición es un fracaso nuestro en última instancia para promover una conversación saludable. Y un momento para que reflexionemos sobre nuestras operaciones y el entorno que nos rodea”
Tener que tomar estas acciones fragmenta la conversación pública. Nos dividen. Limitan el potencial de aclaración, redención y aprendizaje. Y sienta un precedente que considero peligroso: el poder que tiene un individuo o una corporación sobre una parte de la conversación pública global.