El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, calificó este miércoles 25 de noviembre a la migración venezolana como «ilegal» y señaló que la misma permitirá la entrada a la isla de pandilleros y narcotraficantes.
Las polémicas declaraciones del funcionario son emitidas, luego de que 16 menores venezolanos fueran deportados en medio de una tormenta y pasaran al menos 48 horas en alta mar antes de ser regresados a la isla.
«Bajo la rúbrica de ‘humanitaria’, esta interpretación, si se acepta, efectivamente abrirá nuestras fronteras a todo migrante económico, traficante de armas, traficante de drogas, traficante de personas y líder / pandillero sudamericano. Todo lo que tendrán que hacer es hacer el viaje en barco de siete millas y afirmar que son ‘refugiados’», enfatizó.
En un amplio comunicado difundido en Twitter, Rowley rechazó además las posiciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y Elliott Abrams, enviado especial de Estados Unidos para Venezuela, a quienes acusó de agredir a Trinidad y Tobago por no unirse en la «cruzada» internacional para presionar la salida de Nicolás Maduro.
«Por tener la temeridad de no haberse unido a Elliot Abrams y al presidente de EEUU, Donald Trump, para forzar un violento cambio de régimen en Venezuela, Trinidad y Tobago se encuentra actualmente bajo el último asalto, utilizando personas sin nombre y sin rostro armadas con niños inocentes», reza parte de su mensaje.
Recordó que actualmente están cerradas las fronteras de su país por la pandemia del COVID-19. «Resistiremos todos los esfuerzos de otros que están empeñados en forzar la apertura de nuestras fronteras a través de la inmigración ilegal», sostuvo.