«Le dije que no queremos dictaduras militares, democracia sí, militarismo no», fue lo que confesó el pasado viernes 13 de diciembre el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sobre la última conversación que sostuvo con el exmandatario boliviano, Evo Morales.
Durante su conferencia matutina, Obrador dejó claro que la despedida es un «por ahora», tras destacar su política exterior sobre el caso boliviano.
«Se despidió de mí Evo, no para siempre. Se despidió de mí porque se fue a Argentina. Hablamos, le dije que esta era su casa y que estaban las puertas abiertas para Evo y para todos los luchadores sociales del mundo, haciendo honor a lo que ha hecho nuestra política exterior que ha sido ejemplar en otorgar asilo a perseguidos políticos», recalcó.
«Se fue muy agradecido con el pueblo de México, con los mexicanos. Se fue a Argentina. Al menos eso fue lo que comentó. Hablamos por teléfono antier por la noche, antes de irse», agregó.
Morales renunció luego de que la Organización de Estados Americanos (OEA) detectara «irregulararidades» en las pasadas elecciones presidenciales. Un hecho que provocó una crisis institucional, política, social y hasta militar, que derivó en la salida del país del exmandatario indígena.
Redacción Maduradas con información de RT
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