La autora intelectual del asesinato de sus padres e hija de 11 años ocurrido en Maracay, estado Aragua, murió por inanición en los calabozos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y fue enterrada en una fosa común luego de que nadie reclamara su cuerpo.
Se trata de Ana Virginia Hernández Hernández, de 43 años, quien murió hace tres meses, pero nadie fue a recoger su cadáver, por lo que fue sepultada en una fosa común por el Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses.
Así lo informó la ONG Una Ventana a la Libertad, al señalar que la mujer estaba detenida en la sede de la policía científica porque nunca se produjo su traslado a Tocorón como se había ordenado, allí solo fue visitada una vez por sus familiares y se alimentaba gracias a la caridad de la iglesia, organizaciones o cuando otras reclusas compartían sus alimentos con ella.
Hernández fue acusada como la autora intelectual del crimen de sus padres, Omar Hernández Sabatino (72) y Adais Hernández (67), y de su hija Luisana Blanco Hernández (11), ocurrido el 1 de octubre de 2016 en la urbanización Andrés Bello de Maracay.
Este hecho conmocionó a las comunidades maracayeras porque las víctimas eran reconocidos profesores de la Universidad Central de Venezuela en la entidad.
La noche del crimen, dos hombres ingresaron a la casa donde estaban los docentes con su nieta, los amordazaron y golpearon presuntamente para cometer un robo, al amanecer los gritos alertaron a los vecinos quienes los auxiliaron llevándolos al Hospital Central de Maracay, donde los dos adultos murieron poco después debido a los traumatismos, mientras que la niña falleció luego de cinco días.
Una cámara de seguridad cercana al domicilio reveló que Ana Hernández fue quien abrió el portón a los agresores y esperó que terminaran de cometer el crimen para irse con ellos, regresó horas después y comenzó a gritar pidiendo auxilio por un supuesto robo.
Los otros detenidos fueron identificados como Víctor Brito (45) y Yusmary Méndez (31), acusados por los delitos de homicidio calificado en la ejecución de un robo, además de agavillamiento, y a Méndez se le sumó aprovechamiento de cosas provenientes del delito.
Redacción Maduradas con información de La Nación
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