Los equipos de rescatistas trabajan contra reloj para intentar salvar más vidas a más de 24 horas del brutal terremoto de 7,1 grados en la escala de Richter que causó más de 220 muertes en México.
Entre los escombros que dejó el temblor, los expertos coinciden que todavía puede haber sobrevivientes.
Por eso, el silencio en las búsquedas se transforma en una herramienta clave para escuchar cualquier pedido de auxilio entre los edificios derrumbados.´
De ese modo, entre los rescatistas se comunican a través de un sistema de señas que debe seguirse a rajatablas y que por estas horas es compartido por miles de personas en las redes sociales.