Este viernes, 7 de junio, se cumplieron siete años de la muerte de Neomar Lander, un joven quien fue asesinado en el contexto de las protestas contra el régimen de Nicolás Maduro en el 2017. Todavía se pide justicia.
La muerte del joven conmocionó al país y, desde entonces, se convirtió en un símbolo de la lucha por la justicia y los derechos humanos.
Todavía no está claro cómo murió el joven, de 17 años para entonces. La versión del chavismo es que un mortero casero que cargaba explotó en su pecho, causándole la muerte en la avenida Francisco de Miranda, a la altura del municipio Chacao (Miranda).
Sin embargo, testigos del hecho aseguraron que segundos antes de esta explosión, funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) —organismo de seguridad controlado por Nicolás Maduro— habían disparado una bomba lacrimógena al lugar donde se encontraba el adolescente.
En consecuencia, familiares, amigos y activistas de derechos humanos han exigido justicia por Neomar Lander durante estos siete años.
De hecho, en el 2020, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió una resolución en la que instaba al Estado venezolano a investigar y sancionar a los responsables del asesinato de Neomar Lander.
Pero, a pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, el caso de Neomar Lander sigue estancado y en espera por una resolución justa.