Se requiere urgentemente mejorar los ingresos de las familias de menores recursos y con dificultades para cubrir sus necesidades de Alimentos. Esto nos lleva a hacer diagnóstico y a la vez nos permite ver las realidades que padecen los sectores más pobres de la Nación y así realizar un análisis del número de familias necesitadas urgentemente de mejorar sus ingresos para cubrir sus necesidades de alimentos.
En anteriores publicaciones nos referíamos a la composición social que integran a la familia Venezolana; en estos indicábamos que nuestro estimado era que los niveles de pobreza crítica y extrema se habían duplicado entre 2015 y lo que va del 2016.
Esta composición nos indicaba que unas dos terceras partes de las familias Venezolanas estaban dentro de estos niveles al tener ingresos mensuales por debajo de Bs. 60.000, que es el 75% del valor de la canasta alimentaria, este monto lo determino nuestro análisis ubicado conservadoramente en Bs.80.000 para fines de Febrero pasado y que ya se proyecta cercana a los Bs 100.000 para el próximo mes.
Estos niveles de pobreza están relacionados a la dramática caída del poder adquisitivo de los consumidores, como consecuencia de la más alta inflación del mundo la cual habíamos considerado para el 2015 en 250% (El Banco Central la ubico en 180%) Razón fundamental que minimiza la capacidad de compra y consumo de las familias, produciendo el grave deterioro económico-social con el aumento exponencial de los niveles de pobreza. Índice que consideramos como la razón principal de la caída económica y social que nos afecta.
Hemos determinado que para las familias del sector E de la población que lo constituyen el 50% de los Venezolanos, necesitan mejorar sus ingresos mensuales entre Bs.25.000 a Bs.30.000. Lo que les permitiría sumando lo que reciben actualmente adquirir al menos un 60% de los artículos que integran la canasta alimentaria y cubrir algunas necesidades elementales.
El sector D lo constituye el 25% del total de la población del país. Parte de estos sectores D y E conforman dos terceras partes del total de familias Venezolanas que tienen ingresos por debajo de los Bs. 60.000 al mes. Nuestro estimado de ingresos adicionales para ellos seria entre Bs. 20.000 y Bs 25.000. Facilitándoles cubrir el 75% de la canasta alimentaria.
Con estos montos de recursos adicionales a los más pobres, ello, les permitiría tener mayores ingresos para mejorar su capacidad de consumo y disminuir sus carencias.
Esta compleja situación de pérdida de poder adquisitivo y desabastecimiento es el resultado de una serie de políticas públicas que solo lograron desmejorar drásticamente la capacidad de consumo y calidad de vida de los venezolanos.
Así lo demuestran las consideraciones que haremos a continuación:
Las cifras de desempleo e informalidad han aumentado en los últimos 5 años, en estrecha relación de como la economía fue desmejorando de una manera constante, llevando a la paralización de crecimiento de las empresas, lo cual, unido a continuas reducciones de producción y el cierre sostenido de muchas de ellas por falta de materia prima; así como consecuencia de políticas públicas que crearon controles de precios obligándolas a vender por debajo de sus costos. Adicionalmente un marco regulatorio que las limita y dificulta con interminables trámites para cumplir con la creciente y angustiosa permisología que hace muy difícil obtenerla, sino imposible.
Observamos con tristeza como se asfixia lentamente la actividad privada; sin medir las consecuencias en sus efectos negativos en lo social: desempleo, informalidad, mayor costo de vida y menos producción nacional. Que son las causas y razones por el cual se empobrecen más y más los venezolanos como el resultado de la imposición de un modelo político-ideológico que solo nos ha plagado de dificultades y limitaciones.
Nuestro estimado de desempleo en el mes de Marzo 2016 fluctúa entre el 9% en la zona metropolitana y estados del centro-occidente y hasta entre el 10% y 12% en los demás estados. Así como la informalidad esta entre 48% y 50%. Lo cual nos indica que alrededor de un 60% de la masa laboral del país no tiene empleo estable.
Tristemente en las zonas rurales alcanza el desempleo a más del 15% y la informalidad hasta un 60%. Esto nos demuestra el triste cuadro de dificultades que afecta a nuestras zonas tradicionales de producción donde la política de toma de tierras y empresas de privados destruyo buena parte de los empleos que producía la actividad agropecuaria en esas áreas geográficas; así como su impacto en las áreas de servicio y comercial que las surtía.
Estas políticas estatistas aplicadas, simplemente convirtieron centros eficientes de producción de alimentos en grandes desaguaderos de recursos públicos sin alcanzar ni tan siquiera la tercera parte de lo que antes se producía en manos de sus legítimos propietarios.
Los resultados son poca producción de alimentos y pérdidas masivas de empleos.
Hoy es muy complicada la situación de las familias Venezolanas sobre todo los sectores D y E de la población, donde su capacidad de consumo depende altamente de poder adquirir al menos la mitad de estos alimentos con los precios subsidiados por el gobierno.
La preocupante y continua caída del poder adquisitivo de las familias Venezolanas se reduce, cada día que pasa, complicándole aún más su adecuada alimentación y el poder cubrir aunque sea parcialmente sus demás necesidades. Solo hay una expresión para definirlo: ¡ABERRANTE! Claramente de lo que se considera normal, natural, correcto o lícito.
Vicente Brito
Presidente
Red por la defensa al Trabajo, la Propiedad y la Constitución.