El coronel Marino José Lugo Aguilar, un militar de confianza de Hugo Chávez y del exministro del Petróleo Tareck El Aissami, fue uno de los detenidos por el caso de corrupción conocido como «Pdvsa-cripto». Durante la gestión de El Aissami, el militar se desempeñó como director de Mercado Nacional.
Antes de fallecer por ahorcamiento, mientras se encontraba bajo custodia de las autoridades en una prisión venezolana, Lugo Aguilar habría brindado detalles sobre su labor dentro del ministro de Petróleo venezolano. De hecho, fue interrogado por representantes del Ministerio Público (MP) apenas un día antes de que se reportara su deceso.
Según reseñó Últimas Noticias, el coronel denunció una serie de actos de corrupción dentro de la industria y aseveró que habría entregado no menos de $300 millones a Joselip Ramírez, para entonces jefe de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), desde donde convertían en monedas digitales las divisas obtenidas por la venta del petróleo venezolano, sin que esos dividendos ingresaran a la República, de acuerdo a lo investigado.
Del mismo modo, explicó cómo funcionaba el esquema paralelo de desvío de divisas obtenidas por el grupo de El Aissami, a través de la venta de petróleo, a través de operaciones realizadas por privados y funcionarios públicos.
De hecho, uno de los mecanismos empleados en ese plan era el control de las divisas ingresadas por venta del combustible en Venezuela, área a cargo de Lugo Aguilar. De las 200 gasolineras que comercializaban el combustible a precio internacional, al menos 150 eran consideradas «de confianza» por el grupo, presuntamente, liderado por El Aissami.
Ese grupo de gasolineras, manejadas por empresarios privados, debían entregar el pago que recibieran en divisas, ante la Dirección de Mercadeo Interno de Pdvsa a cargo del coronel Marino Lugo, el cual, a su vez, los llevaba a la oficina de Pérez Suárez.
Y en caso de que el dueño de la estación no acudiera a llevar las divisas semanalmente, se presentaba al sitio una comisión de Prevención de Control y Pérdidas de Pdvsa a retirar el efectivo.
Se pudo saber que, en específico, a esas estaciones de confianza les despachaban diariamente dos gandolas que cargaban entre 23 mil y 33 mil litros de combustible, el cual era vendido a 0.49 centavos de dólar para que lo vendieran a 50 centavos, según el informe donde se especifica que el precio podía variar en beneficio del empresario privado.
Cada semana las 150 estaciones de confianza arrojaban un aproximado de $109,760. Un esquema que duró al menos 32 meses, lo que habría dado una ganancia de $2,041,583,000 que no ingresaron al Estado venezolano, sino que fueron convertidos en «monedas digitales», a través de una «banca paralela» que manejaba la Sunacrip.
Redacción Maduradas con información de Últimas Noticias
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