Reducción de subsidios internos y Petrocaribe, consolidación de activos líquidos externos e internos para uso de los mismos y venta de Citgo, son los tres ingredientes que Wall Street ha venido mezclando desde finales del 2014 con el fin único de que tanto Venezuela como PDVSA no hagan default de su deuda externa.
Sin embargo, esta complacencia no es por gusto ni por creencia de la administración de Maduro, es porque el Gobierno entiende que es más barato pagar la deuda externa que caer en una serie de demandas internacionales, presiones que lleven al país a recurrir al FMI o al nuevo Banco de Desarrollo Chino. Para muestra, basta con ver lo que le está sucediendo a Ucrania con el FMI.
Recuerdo estos tres ingredientes porque sin querer aceptarlo o anunciarlos en conjunto, desde enero el gobierno de Maduro los ha venido utilizando y, como a una casa que no le alcanza el dinero, reúne, como dicen por allí, pulla con pulla para evitar caer en las manos de buitres y multilaterales.
La medida de la reducción o casi eliminación del cupo de viajero se debe a ello: más allá de la discusión ética sobre si este subsidio debe o no debe existir, la decisión de disminuirlo al mínimo es parte del primer ingrediente expuesto.
Varios bancos de inversión sacaron sus números y llegaron a la conclusión de que el país ahorraría entre 2.800 y 3.000 millones de dólares, cifra que en la época del millardito de Chávez suena como marginal pero hoy 3.000 millones de dólares son unas pullitas que brindan un poco de alivio, algo como para asegurar el pago del bono PDVSA 2015 que vence en noviembre.
Esta política es acompañada con una silenciosa muerte de Petrocaribe. Ya no es secreto que el programa ha sido reducido a casi la mitad y parte de su deuda, como fue el caso de la acreencia de Republica Dominicana, renegociada. Aquí solo quedaría una renegociación de la deuda de Jamaica y el aumento de la gasolina para cumplir con el no anunciado paquete económico.
El segundo aspecto, el uso de los activos líquidos, también está en su etapa final. Ya se filtraron las negociaciones de la Republica con dos bancos en Nueva York para hacer un contrato de préstamo con colateral el oro del BCV, unos 1.500 millones. Esta operación se espera para antes de finales de abril, dicen mis fuentes.
El tercer punto es Citgo. No es un tema acabado con la emisión de deuda por 2.000 millones. Mis fuentes me comentan que están bastante aceleradas las conversaciones para la línea de crédito de entre 1.500-1.800 millones de dólares con un pool de bancos europeos. Reuniones en Londres, Paris y Madrid se han intensificado. Me comentan que la tardanza ha sido por la actitud de los operadores que está usando Citgo en la negociación.
Curiosamente, esta semana la deuda de Venezuela y PDVSA experimentaron un rally. La primera subió casi un 14% y la segunda un 16.50% Los corredores de deuda dicen que es una mezcla de que está cerca el anuncio de la transacción del oro, la subida del precio de la gasolina y, finalmente, lo que sí ocurrió, la eliminación del cupo viajero. Los tres elementos han puesto a Wall Street muy feliz.
Un corredor me comentó: si suben el precio de la gasolina y obtienen esos 1.500 millones por el oro, el rally puede seguir y los papeles pueden subir un 15% adicional. Y es que hoy se puede afirmar que la Republica ni PDVSA harán default en el 2015. Como buen obediente de Wall Street, el gobierno de Maduro siguió su receta y junta todas las pullas para pagar los vencimientos de deuda de este año.
¿Pero qué pasará en el 2016 y 2017, periodo en el que se necesitan 15.000 millones de dólares?. Un operador me comentó:
-Esta gente va de año en año. El 2015 ya lo resolvieron. En enero se preocuparán por el 2016.
Por: Juan Antonio Avellaneda / KonZapata