En medio de la celebración por el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, ocurrió un hecho insólito en el Palacio de Buckingham: un hombre intentó ingresar para, en sus palabras, «hablar» con la reina.
El intruso, identificado como Connor Attridge, de 28 años de edad, ingresó por la entrada de los vehículos de The Royal Mews, es decir, por las caballerizas, pero no había avanzado unos pocos metros cuando fue sorprendido por un guardia que le preguntó que por qué se encontraba en ese lugar.
«Quiero entrar; necesito ver a la reina«, expresó el hombre y, evidentemente, no se permitió el acceso.
Attridge, que se señaló un tatuaje en su cara que dice «Truly Blessed» («Realmente bendecido»), fue detenido tras la corta conversación y acusado de allanamiento de sitio protegido. Así lo reseñaron varios medios.
El abogado del hombre esgrimió el argumento de «problemas mentales» y aseguró que Attridge, de hecho, no esperaba llegar más lejos de lo que lo hizo.
«A lo sumo, fue insensato«, alegó y señaló que no iba armado y que tampoco se escabulló «con sigilo».
Por fortuna, la reina Isabel II no se encuentra, actualmente, en el Palacio de Buckingham, por problemas de movilidad, sino que suele pasar casi todo su tiempo en el Castillo de Windsor.