Un video causó enorme malestar y polémica en las redes sociales al mostrar a un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana arrojar con total malicia una bomba lacrimógena dentro de una vivienda y en compañía de un civil que le traslada para cometer sus fechorías.
Aunque se desconoce donde ocurrió este hecho, el video permite comprender cómo funciona la llamada unión «cívico-militar» a la que tanto hace referencia el gobierno.
El civil, que para mucho aparenta ser miembro de un colectivo, no solo le sirve de «moto- taxi» al uniformado, sino que al parecer «le canta la zona» para que no quede rastro de sus desmanes.