Si la crisis económica tiene a la gente pasando hambre, qué quedará para los animales, que también suelen ser marginados por los organismos del Estado responsables de su cuidado.
Un claro ejemplo de esta deplorable situación son los 50 animales que murieron solo en 2016 producto de la escasez venezolana.
Después de la publicación de estos datos, el ministro de Ecosocialismo y Aguas, Ernesto Paiva, desmintió que en Venezuela los animales murieran de desnutrición y aseguró que todos tenían una dieta adecuada garantizada por el organismo.
Sin embargo, basta con ver las recientes imágenes de Ruberta, la elefante del Zoológico de Caricuao (Caracas), para conocer el tamaño de semejante mentira de Paiva. El popular animal tuvo que ser asistido este viernes por el personal del Instituto Nacional de Parques (Inparques) debido a un cuadro de diarrea y deshidrataciones que presenta actualmente. ¿Qué dirá ahora el ministro?