Las marcas o imitaciones de los zapatos deportivos y casuales, sobre todo de elaboración vietnamita, no logran conquistar el bolsillo de los venezolanos, ni siquiera porque sean modelos que son tendencia, debido a que los precios sobrepasan el salario mínimo en el país de 150.000 bolívares.
Uno de los modelos más económicas en el mercado, Bassinger cuesta 874.000 bolívares, que equivalen unos 20 dólares. Al mismo tiempo, el Apolo, muy buscado por los jóvenes, tiene un precio de Bs. 1.216.000, unos 28 dólares. Esos momentos, representan entre 5 u 8 meses de trabajo para las personas que reciben salario mínimo.
En este sentido, los ciudadanos recorren todos los bulevares, pasillos de centros comerciales y buhoneriles para tratar de encontrar los mejores precios de zapatos, pero comprar unos de marca es cada vez más imposible y adquirir unos de imitación aumenta el temor de que no duren mucho.
“Las imitaciones pueden aguantar la pela, pero el riesgo es que en menos de un año la suela se quede pegada en el asfalto”, expresó Sebastián Quintero, que revisaba detenidamente los estantes del mercado Altagracia.
Unos zapatos de marcas como Nike cuestan 3.200.000 bolívares, unos 73 dólares, mientras unas botas Timberland alrededor de Bs. 6.000.000, que equivalen a 137 dólares.
“Hace tres años le daba un gustazo a mi hijo porque el sueldo como administrador me alcanzaba, pero ahora debo buscar uno que me cueste menos de 2 millones”, dijo Agustín Sánchez.
Todo este escenario ha llevado a que muchos opten por mandar a coser, pegar y repintar sus zapatos para tratar de darles la mayor vida posible.
Redacción Maduradas con información de La Prensa de Lara.
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