Con la abstención de Brasil y Argentina en la última votación de la OEA tras la petición de Colombia de un diálogo regional para la crisis fronteriza, al chavismo le queda tan solo el apoyo incondicional de Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Haití.
Hugo Chávez siempre presumió de la unión de los países latinoamericanos en torno a su proyecto de la Gran Colombia, como un intento serio de cumplir el sueño de Simón Bolívar.
Durante sus casi 15 años al frente de Venezuela, el omnipresente Chávez consiguió cambiar las reglas no solo de su país sino de gran parte del subcontinente. Tenía en sus aliados regionales un fuerte apoyo para seguir adelante pese a su guerra dialéctica con Estados Unidos. Su sucesor, Nicolás Maduro, en la cuerda floja por una crisis que va siempre a peor, heredó ese cinturón de seguridad pero su petróleo no le otorga tanto poder como antaño.
En estos momentos no se habla del desabastecimiento o de la violencia estructural de Venezuela, recordaba para ABC el ministro de Interior de Colombia, Juan Fernando Cristo. La deportación de miles de ciudadanos de este país después del cierre parcial de la frontera colombo-venezolana por la zona de Táchira ha dejado imágenes impactantes como hileras de hombres, mujeres y niños llevando sus enseres, desde frigoríficos hasta juguetes, por caminos hacia Colombia, que ha denunciado el abuso sexual a niñas por parte de la Guardia Nacional Bolivariana. Esta crisis motivó la petición del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, de convocar una reunión de cancilleres de los países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) para discutir la crisis entre las dos naciones vecinas. Fracasó por un solo voto (alcanzó 17 cuando necesitaba 18) pero dejó un apunte sobre el cambio de tendencia.
Venezuela consiguió «ganar» la votación a Colombia con solo cinco votos, el propio sumado al de Ecuador, Haití, Nicaragua y Bolivia, y la abstención de la mayoría. Supuso el peor resultado del chavismo en la OEA, como recuerda «Nuevo Herald», que destaca el voto negativo de dos aliados tradicionales del chavismo, El Salvador, Jamaica, ambos firmantes de la alianza Petrocaribe, así como Santa Lucía, que forma parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos (ALBA). «Antes, de los 34 votos de la OEA, el chavismo solo perdía cinco, y el resto se pronunciaba a su favor. Esta vez, entre las abstenciones y los que votaron a favor de la solicitud de Colombia, sumaron 28 votos. Eso no había sucedido desde que entró el chavismo en el poder», recoge el medio con base en Miami.
Así y todo, los medios del chavismo lo vendieron como una victoria sin paliativos, como una humillación a Colombia. «Telesur» destacó que los propios medios del país vecino reconocían la victoria de Venezuela.
El barril de Brent a 50 dólares, cuando en la pasada década superaba los 100, parece ser la respuesta a la pérdida de tirón del chavismo entre sus vecinos. Petrocaribe, ALBA y multitud de acuerdos bilaterales le han concedido un cierto liderazgo en la región a Venezuela. Por ello, Obama hizo una gira hace varios meses por la zona para que apostaran por las energías limpias aprovechando el bajo coste del crudo y así depender menos del petróleo venezolano. Como recuerda «The Wall Street Journal», Maduro no se lo tomó nada bien, al considerarlo como una injerencia en la estabilidad de latinoamericana: «El imperio ha ido a hablar con los gobiernos del hemisferio sur para anunciar mi derrocamiento», dijo.
Aunque la tendencia pueda estar cambiando, todavía reina el apoyo pasivo de la mayoría de líderes latinoamericanos. Los medios opositores denuncian una y otra vez el silencio cómplice de los gobiernos latinoamericanos, de ejecutivos progresistas que no se inmutan ante las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en Venezuela atestiguadas Amnistía Internacional. « ¿Sudamérica le tiene miedo a Nicolás Maduro? La izquierda se ha mostrado afable y comprensiva con las dictaduras de su misma corriente política », esto escribía hace un mes un profesor de la Universidad colombiana de La Sabana en la revista «Tiempo».
Con la abstención de Brasil y Argentina, a Maduro le resta el apoyo incondicional de Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Haití. Sus presidentes Rafael Correa («soy el mayor admirador tanto en lo personal como en los profesional de Chávez»), Evo Morales(«compañero Diosdado Cabello, un hermano del alma, un hermano revolucionario, le deseo mucha fuerza compañero Diosdado»), Daniel Ortega («tocar a Venezuela es tocar a América Latina») y Michel Martelly, respectivamente, son los nombres que le quedan al chavismo. Cuba fue expulsada de la OEA hace medio siglo.
Con información de ABC.