Un reportaje de BBC Mundoexplica por qué la llegada del nuevo secretario de Estado de EE. UU, Rex Tillerson,podría representar una amenaza para los intereses de Nicolás Maduro de mantenerse en el poder al menos hasta 2019.
BBC Mundo recuerda que, durante diez años, Tillerson fue
director ejecutivo de la petrolera ExxonMobil (2006-2016). En el año 2007, su empresa fue perjudicada por un decreto de nacionalización del entonces presidente Hugo Chávez, que obligaba a la formación de empresas mixtas con el sector privado en las que gobierno tendría la mayoría de al menos un 51% por ciento.
Todas las trasnacionales en el país aceptaron, menos menos las estadounidenses ConocoPhillips y ExxonMobil, lo que abrió un proceso de expropiaciones, litigios e indemnizaciones.
«ExxonMobil denunció el caso ante un tribunal de arbitraje internacional y reclamó US$10.000 millones como compensación. Chávez y sus seguidores fustigaron a la compañía, a la que convirtieron en símbolo del imperialismo, y finalmente celebraron un pago muy favorable de apenas US$1.600 millones, muy lejos de la petición de la petrolera«, recuerda BBC Mundo.
Tillerson guardó silencio, pero ese revés empresarial fue una de sus pocas derrotas al frente de la compañía. Algunos analistas aseguran que podría venir a cobrar facturas pendientes con el chavismo ahora que, por primera vez, detenta un cargo de poder en el Gobierno más influyente del mundo.
El asunto no quedó ahí, porque en mayo de 2015, ExxonMobil anunció el hallazgo de un gran pozo petrolero con crudo de gran calidad a 200 kilómetros de la costa de Guyana y Venezuela reclama esas aguas.
En esa ocasión, Maduro denunció que Exxon lideraba una campaña mundial contra su gobierno.
«Hay una campaña brutal contra Venezuela fundada por ExxonMobil. ExxonMobil ha financiado campañas de televisión, de radio y de prensa, así como a partidos políticos en el Caribe, específicamente en Guyana», acusó.
En búsqueda de una transición negociada
Ya Tillerson no tiene acciones en ExxonMobil, pero en declaraciones antes de asumir su nuevo cargo como secretario de Estado, dijo que le preocupaba la situación en Venezuela, a la que calificó de «desastre». Además, tildó de «gobierno incompetente y disfuncional» tanto a la administración de Hugo Chávez como a la de Maduro.
Por las «prácticas antidemocráticas» que según Tillerson, se cometen en el país, se mostró favorable a propiciar una «transición negociada al orden democrático» en Venezuela y dijo que colaboraría en ese sentido.
Sin embargo, BBC Mundo hace dos salvedades: Una, que Tillerson es amigo cercano del presidente de Rusia, Vladimir Putin (aliado del chavismo) y dos, que Donald Trump ha dejado bien claro cuáles son sus intereses al afirmar públicamente el eslogan de «Estados Unidos Primero».
Redacción Maduradas con información de BBC Mundo.
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