El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, calificó este miércoles 25 de noviembre como un “asalto” la llegada de migrantes venezolanos “armados con niños”, luego de que 16 menores fueran deportados en medio de una tormenta y pasaran al menos 48 horas en alta mar antes de ser regresados a la isla.
“Trinidad y Tobago se encuentra actualmente bajo el último asalto, utilizando personas anónimas sin rostro armadas con niños inocentes, para tratar de obligarnos a aceptar su comprensión del ‘estatuto de refugiado y el tratado internacional’, donde se espera que una pequeña nación insular de 1,3 millones de personas abra fronteras a un vecino de al lado de 34 millones de personas, incluso durante una pandemia”, reza parte del comunicado emitido por el funcionario.
Asimismo, rechazó la posición del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, a quien acusó de agredir a Trinidad y Tobago por no unirse en la «cruzada» internacional para presionar la salida de Nicolás Maduro.
También reprochó la postura del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y su exhorto de velar por el acatamiento de los tratados internacionales sobre el trato hacia los migrantes.
«Bajo la rúbrica de ‘humanitaria’, esta interpretación, si se acepta, efectivamente abrirá nuestras fronteras a todo migrante económico, traficante de armas, traficante de drogas, traficante de personas y líder / pandillero sudamericano. Todo lo que tendrán que hacer es hacer el viaje en barco de siete millas y afirmar que son ‘refugiados'», agregó.
Recordó que actualmente están cerradas las fronteras de su país por la pandemia del COVID-19. «Resistiremos todos los esfuerzos de otros que están empeñados en forzar la apertura de nuestras fronteras a través de la inmigración ilegal», sostuvo.