Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas, y ahora detenido por el régimen de Maduro por su presunta participación en un golpe de Estado, es un político de largo recorrido, procedente del partido tradicional venezolano Acción Democrática (AD), y que desde hace ya tiempo se encuentra en la mira de las críticas del chavismo, reseña EFE.
Nacido el 1 de mayo de 1955 en San Juan de los Morros en el céntrico estado Guárico, Ledezma simpatizó desde joven con AD que junto con el partido Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) eran las dos opciones conservadoras que se turnaron en el poder en Venezuela entre 1958 y principios de la década de los 90.
Casado dos veces, con cuatro hijos que ya le han dado varios nietos, Ledezma fue designado diputado por los “adecos”, como coloquialmente se conoce a esta formación, a la Asamblea Legislativa de su estado natal en 1979 donde estuvo a cargo de la comisión permanente de obras públicas.
A principios de los 80 se desplazó a Caracas para estudiar leyes en la Universidad Santa María. Posteriormente cursó estudios de posgrado en la Universidad Metropolitana y en el Instituto de Estudios Superiores de Administración.
En 1984 consiguió hacerse con un escaño en el extinto Congreso Nacional y donde presidió diversas comisiones, como la que redactó el proyecto de Ley Antidrogas de la época. Fue reelegido en 1989.
Ya en enero de 1992 fue designado por el entonces presidente de Venezuela por segunda ocasión y miembro de AD, Carlos Andrés Pérez, como gobernador del por entonces conocido como Distrito Federal de Venezuela, integrado por el área de Caracas y el vecino y costero estado Vargas.
Estuvo poco tiempo en ese cargo y, afectado por las turbulencias políticas de la época que acabaron con el mandato de Carlos Andrés Pérez, fue destituido para, en 1994, ser elegido por voto popular como miembro del extinto Senado de la República.
Dos años después y hasta el 2000 fue el burgomaestre del municipio Libertador, el más grande de los cinco que integran la capital y el primero en ser reelegido. Fue también el último alcalde opositor de una entidad que desde entonces siempre se ha mantenido fiel al chavismo.
Ese mismo 2000 salió de AD tras décadas de afiliación por desacuerdos en cuanto a los métodos de selección de sus autoridades y fundó junto con algunos simpatizantes de la organización política tradicional, el partido Alianza Bravo Pueblo (ABP), organización de la que es presidente hasta el día de hoy.
Tras unos años separado del escenario político, Ledezma se lanzó en 2008 a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, cargo creado en la nueva Constitución de 1999 aprobada por la mayoría chavista, consiguiendo la victoria de una oposición que acudió en su mayoría unida bajo la figura de un candidato único.
Curiosamente el preferido para aquella elección por la oposición era el líder de Voluntad Popular, Leopoldo López, hoy encarcelado acusado por los hechos violentos ocurridos tras una marcha el 12 de febrero del año pasado que dejaron destrozos en edificaciones oficiales y tres muertos.
Con la victoria ante esa máquina de ganar elecciones que era, y es, el chavismo, Ledezma ganó peso y reconocimiento dentro del movimiento opositor.
Desde esa plataforma denunció que desde organismos de nuevo cuño como el llamado Gobierno de Distrito Capital, creado por decreto por el entonces presidente Hugo Chávez, el Ejecutivo Nacional le restaba competencias y se desviaban recursos.
Reelegido en diciembre de 2013 para un segundo periodo de cuatro años al vencer por escasísimo margen al oficialista Ernesto Villegas, hoy jefe de Gobierno de Distrito Capital, Ledezma encabezó junto a los también opositores Leopoldo López y María Corina Machado un movimiento conocido como “La Salida”.
Esta iniciativa invitaba a los venezolanos a actividades de calle y protestas no violentas para pedir un cambio de Gobierno, estrategia que fue vista por el Ejecutivo como un intento desestabilizador.
Ledezma, hasta entonces fuera del radar del Gobierno, comenzó a ser señalado de forma más seguida por el Ejecutivo que desde entonces no ha dudado en acusarle de ser un golpista, mientras el alcalde ha seguido ofreciendo discursos que acusan al Gobierno de ser “violador” de los Derechos Humanos.
La última de las acusaciones contra Ledezma de parte del oficialismo se produjo hace una semana al vincularle al supuesto plan de golpe de Estado que iba a llevarse a cabo el pasado 12 de febrero y en el que intervendrían aviones militares que buscarían incluso acabar con la vida de Maduro.
Fuente: EFE.