Allegados a Piedad Córdoba consideran que la extradición de su hermano, Álvaro Córdoba, a Estados Unidos, la tenía destrozada.
Una persona que la conocía desde hace años, señaló que recientemente compartió con ella en un restaurante peruano en el alto de Palmas, dónde ella tomó dos botellas de licor Old Parr.
«Estuve comiendo con ella en noviembre, hablamos unas cinco horas y fue ¡tremendo, tremendo, tremendo! porque la vi físicamente acabada, estaba pesando 40 y pico de kilos, y moralmente destrozada por el problema de su hermano. Cuando la fui a levantar de la mesa, ella ni me oía», reveló la fuente al detallar que un escolta le dijo: «¡Ayúdela, hable con ella, ella está muy sola y a usted la quiere mucho, dígale que no tome más!».
Las fuentes han señalado que el pasado 31 de diciembre Córdoba no salió de su habitación y creen que su estado de ánimo pudo ser una de las razones para que fuera encontrada por su hija, Natalia, desvanecida en el piso de su casa y confirmarán su muerte poco después en una clínica por un paro cardiorespiratorio.
Los allegados de la senadora consideraron que la extradición de su hermano por presunto tráfico de cocaína le produjo un fuerte dolor, además de un rompimiento familiar y decepción al ver que ninguno de quienes se hicieron llamar sus amigos en el pasado, que ahora están en el poder, la ayudaron con el caso de su hermano.
Redacción Maduradas con información de El Colombiano.
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