Lo que inició como una acostumbrada tarde de ejercicio para Carlos y su amigo en El Ávila, terminó en una desagradable experiencia con tiros al aire.
A alrededor de las 6:00 pm cuando ya se encontraban descendiendo la montaña, el sonido de un disparo sorprendió a su amigo. En un principio, creyendo que sería imposible escuchar algo así en el parque nacional, ignoraron el ruido y continuaron el camino.
Un segundo impacto fue imposible de ignorar para ambos, pero mayor fue aún su sorpresa cuando al voltear venían corriendo entre unas 10 y 15 personas, que huían de dos hombres armados que gritaban «esto es un asalto».
Algunas personas se escondieron entre la maleza, mientras Carlos tomaba palos y piedras a la vez que corría hasta un punto de guardabosques, donde avisaron que estaban siendo perseguidos por dos sujetos armados.
Una vez llegaron los funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y pudieron terminar el descenso de la montaña, Carlos pudo saber que ese día fueron asaltadas ocho personas. Según le comentó uno de los efectivos, es un crimen que «pasa cada año».
“No hay control en el parque, en el parque hay varios policías, observas a la PNB, a la GNB, y a funcionarios vestidos de civil, bueno ahora los malandros suben armados, como es posible que hay tantos cuerpos de seguridad del Estado y ahora hasta lanzan plomo en el parque, algo que nunca se había visto y no agarraron a nadie, lo que hay es un gran relajo en El Ávila, relajo de toda índole”, denunció Marlene Sifontes, miembro del sindicato de Inparques.
Redacción Maduradas con información de El Cooperante