Los delincuentes usan las armas o amenazan con usarlas en 7 de cada 10 casos en los que se apropian de vehículos. El año que termina no es para cantar victoria en materia de control de la violencia y la criminalidad.
Luego de siete meses de la militarización de las calles, a propósito del plan Patria Segura, 2013 cerrará con 24.763 homicidios aproximadamente, según Roberto Briceño León, director del Observatorio Venezolano de la Violencia. Esto implica una desaceleración en la frecuencia de los crímenes con respecto al ritmo que tuvo durante 2011 (19.336) y 2012 (21.692), pero no una disminución neta.
Briceño aclaró que este es un cálculo conservador en el que no se toman en cuenta todos los casos de averiguación-muerte, ni de muertes por resistencia a la autoridad. De igual forma no se hace un cómputo de los casos con múltiples víctimas que, según Briceño, cada vez son más frecuentes.
Menos denuncias, más violencia. Las cifras que maneja el Observatorio Venezolano de la Violencia van a contrapelo de las divulgadas por el titular de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, mayor general Miguel Rodríguez Torres. Este año cerrará con disminuciones de 17% en homicidios, 40% en robo y hurto de vehículos y 50% en secuestros, según el funcionario.
Salvo en el caso de los homicidios, las estadísticas oficiales se nutren en gran medida de casos denunciados. Es decir, las víctimas deben acudir personalmente a los cuerpos jurisdiccionales para informar lo que les sucedió.
Una investigación de campo efectuada este año por el criminólogo Freddy Crespo descubrió que la indisposición de la gente para denunciar creció con respecto a 2009, cuando se conocieron los resultados de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de la Seguridad Ciudadana. Actualmente, la cifra negra llega a 85% en Mérida y a 67% en la parroquia Sucre de Caracas, según el estudio.
“Básicamente la gente denuncia solamente cuando la pérdida es muy grande”, dijo.
De acuerdo con el exdirector del Cicpc, comisario general jubilado Miguel Dao, en el caso de los secuestros las víctimas o sus familiares denuncian cuando la cautividad se prolonga. Los casos de plagios breves o exprés generalmente pasan inadvertidos para las autoridades.
Cifras extraoficiales indican que entre el 1° de enero y el 15 de diciembre fueron denunciados 387 secuestros. De mantenerse el ritmo de casos conocidos, el año finalizará con 405 víctimas reportadas, aproximadamente, 31% menos que en 2012.
Hay, sin embargo, datos preocupantes. En 2010 se reportó la muerte de un cautivo por cada 56 secuestrados. Si todo sigue como va, este año la proporción bajará a una muerte en cautiverio por cada 21 plagiados. El riesgo de morir a manos de los captores se ha incrementado en más de 150%.
Esto refleja una creciente violencia de los delincuentes contra sus víctimas. El subcomisario jubilado Francisco Javier Gorriño observó que no solamente se trata de homicidios, sino también de violaciones o lesiones graves que rara vez entran en las estadísticas.
“El problema es que no hay confianza en las policías. La confianza se gana con hechos en la calle, no con propaganda”, dijo Gorriño.
La creciente violencia en los delitos contra la propiedad fue descubierta por la Comisión para el Desarme en un informe sobre el robo y el hurto de vehículos presentado en 2012. En 6 de cada 10 casos los hampones acuden a la violencia armada para apoderarse de autos, motos, camiones e inclusive lanchas, Según esta institución ya inexistente.
Cifras extraoficiales indican que este año se mantuvo esa proporción. La proyección señala que para el cierre del año los delincuentes se habrán apropiado de 11.400 unidades en el Distrito Capital y más de 4.500 en Zulia, lo cual implica que los robos y hurtos de vehículos se mantuvieron con la misma magnitud que en 2012.
Nuevo cuadro político
El avance de la oposición en municipios donde tradicionalmente gobernó el oficialismo podría traer un incremento de la delincuencia, producto de la ruptura de entendimientos que antes existían con grupos sociales de riesgo.
Un informe en poder de la FAN advierte sobre un posible repunte de la criminalidad en estados andinos, debido al cese de los consensos y entendimientos que había entre los antiguos gobernantes locales y sectores como el de los mototaxistas, en los que se ocultan elementos de delincuencia común.
Igualmente advirtieron sobre posibles enfrentamientos entre grupos paramilitares y guerrilleros, así como también el incremento de secuestros y extorsiones ejecutados por “grupos irregulares” supuestamente vinculados a la oposición.
El documento recomienda incrementar los trabajos de inteligencia en las jurisdicciones de las nuevas alcaldías opositoras, así como “operaciones de control” al crimen organizado.
Fuente: Javier Ignacio Mayorca – El-Nacional