Las tiendas CLAP (de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción), iniciativa del gobierno para abastecer a la población venezolana, no han escapado del problema de escasez e inflación que atraviesa el país.
De hecho, de acuerdo a denuncias realizadas vía Twitter por usuarios de dichos establecimientos, los anaqueles de las tiendas están surtidos de productos de limpieza e incluso de alimentos importados como enlatados, dulces y salsas, pero no de los de primera necesidad.
Por otra parte, los productos que pueden apreciarse, incluso los de marca CLAP, tienen altos costos para la población, pese a que en julio el vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, aseguró que estos establecimientos servirían para «hacer frente a la guerra económica» y «regular la distribución y comercio de los productos básicos».