Un oso polar llegó a las costas de Islandia el pasado 19 de septiembre, siendo el primer avistamiento de la especie en ocho años.
El ejemplar, con un peso de más de 150 kilogramos, fue abatido por las autoridades por ser considerado como una amenaza para los residentes locales, pese a que los ataques de osos polares a humanos son extremadamente raros.
La presencia del animal en Islandia representa una muestra del desplazamiento forzado de la especie como consecuencia de la pérdida de su hábitat por el deshielo en el Ártico.
El animal estuvo cerca de una aldea de la región de Westfjords, al noroeste de Islandia, la primera persona que vio al animal fue una anciana que estaba sola en su casa y alertó a las autoridades.
El oso polar, presuntamente estaba hambriento, y había comenzado a revisar los basureros en busca de alimentos.