La Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Kelly Clements, exhortó este martes a los gobiernos de Centroamérica a “mantener abiertas las fronteras” para atender los efectos de la migración.
Este problema, que tiene “muchas causas diferentes”, como la violencia o la situación económica, requiere de un “enfoque múltiple”, como el Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (Mirps), mencionó Clements en una conferencia de prensa.
Esta es una iniciativa de cooperación entre seis Estados -Belice, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México y Panamá- que se comprometieron a trabajar juntos para atajar de forma integral la crisis de desplazados forzosos que sufre la zona.
La iniciativa, presentada el pasado mes de octubre en Honduras, tiene el objetivo de abordar el ciclo completo de desplazamiento, desde causas estructurales y soluciones en los países de origen al tránsito y la protección de las personas, así como la integración y soluciones en los lugares de destino.
Nicaragua y El Salvador decidieron no participar en el programa y se mostraron escépticos sobre los resultados de esta cooperación regional. Pero lo cierto es que Clements, que concluyó una visita en Guatemala, después de visitar el área norteña de Petén, admitió que la violencia que sufren muchos países de la región, aunque no se desarrolla en ellos una guerra convencional, no está mejorando.
En ese país, por ejemplo, las solicitudes de asilo han aumentado y las razones para que las personas se muevan son diferentes, entre ellas la violencia, que también afecta a niños que viajaban solos, porque si se quedan en el país de origen, su vida está en peligro o los obligarán a entrar en las pandillas.
“La violencia sí juega un papel muy importante en el aumento de las solicitudes de asilo”, proclamó antes de recordar que en 2017 hubo más 400.000 personas que atravesaron el país centroamericano.
Durante su visita, la comisionada adjunta de Acnur, que ahora irá a Honduras, recorrió varias regiones de Petén y visitó la ruta utilizada por muchas personas para entrar a México por Guatemala, además de casas de migrantes, donde dialogó con personas en tránsito.
Entre ellos habló con Javier, a quien no sólo le preocupa la seguridad o la violencia, sino aspectos como el trabajo, la educación o la salud, por lo que abogó por un enfoque multidisciplinario para atender estos casos.
Según los últimos datos de Acnur, el número de personas en el mundo forzadas a abandonar su hogar a causa de la guerra, la violencia y la persecución alcanzó su máximo histórico en 2016, con más de 65,6 millones de desplazados en su propio país o sobreviviendo en una nación extranjera.
Dos terceras partes son desplazados internos en su propio país (40,3 millones); 22,5 millones refugiados en terceras naciones y 2,8 millones solicitantes de asilo, cifras que evidencia que una de cada 113 personas en el mundo es desplazada.
Información de EFE
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