Recientemente, destacó en Bolivia la historia de María Inés Peredo, la maestra que fue suspendida de su cargo, mientras transcurren investigaciones en su contra. Al parecer, la aludida habría solicitado a sus alumnos que fuesen sexualmente activos que llevaran una muestra de semen para verlo en un microscopio.
Según ella, su intención era explicarles aspectos básicos de sexualidad, como el uso del condón, hablarles de embarazos no deseados, la eyaculación, entre otros. El objetivo también era que todos pudiesen observar el comportamiento de los espermatozoides y oler las muestras.
Sin embargo, al parecer, uno de los padres de sus alumnos se dirigió a la institución para cuestionar los métodos de la docente. Por esto, al poco, la mujer se dejó ver en medios de comunicación ofreciendo disculpas y asegurando que no quería ofender a nadie. Además, señaló que, como no era una asignación obligatoria, sino una «sugerencia«, los menores de edad no llevaron lo solicitado.
«Nadie trajo el trabajo práctico. Le pido mil disculpas a los padres, estudiantes y a la sociedad que comprende Bolivia. Somos seres humanos, erramos y esta vez me tocó a mí. No soy ninguna pervertida«, puntualizó, claramente, angustiada, la mujer.