Si alimentarse en Venezuela resulta difícil, es aún más complicado mantener la dieta de una mascota, especialmente cuando el precio de su comida casi llega a triplicar el salario mínimo.
Un empaque de perrarina de 18 kilogramos cuesta en el mercado venezolano 1.030.000 bolívares.
Con este saco de alimento para perros en la etapa de cachorros es poco probable que pueda alimentar a su mascota durante un mes.
Esta es una muestra más de la acelerada inflación que afecta a la economía venezolana, cuyos precios comienzan a verse en los supermercados por encima de las siete cifras.