Como ministro o candidato, con traje o en la calle, Jorge Rodríguez presume de sus conocimientos psiquiátricos cuando quiere atacar a la oposición, una característica que ahora usará como diputado, un rol en el que se estrena, nada menos que desde la Presidencia de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de Venezuela, que fue instalada tras un proceso señalado de fraudulento por decenas de países en el mundo.
El hermano de la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, con una extensa carrera política, no tiene ninguna experiencia como legislador pero sí toda la confianza del presidente Nicolás Maduro, quien le dio el visto bueno a su nombramiento como líder de un Legislativo que desde este martes es 92 % oficialista.
Exministro, exvicepresidente, exalcalde y ex rector electoral, Rodríguez insiste en «rescatar» la AN del control opositor, una tarea que emprende escoltado en la directiva parlamentaria por otros dos radicales del chavismo: la exministra Iris Varela y el exgobernador Didalco Bolívar.
Chavista de confianza
Fue hombre de confianza del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y, actualmente, su sucesor, Nicolás Maduro, lo considera «un hermano», al que no duda en felicitar cada vez que el oficialismo obtiene una «victoria» en el escenario político.
Rodríguez ha sido una pieza indiscutible en las esferas del chavismo. Su nombre es popular desde que entró al Consejo Nacional Electoral (CNE) como rector y presidente del ente entre 2003 y 2006, un cargo que, según sus oponentes, le sirvió para realizar maniobras dentro de la institución en favor del oficialismo.
A Rodríguez se le acusó en ese momento de intentar retrasar el referéndum revocatorio que se impulsó contra Chávez para que el gobernante no perdiera la contienda, tal y como estimaban los sondeos.
El entonces rector votó en contra de que el CNE aceptara las firmas que había recolectado la oposición para pedir el mecanismo por no haber sido tuteladas por la institución. El antichavismo tuvo que realizar un nuevo proceso de acopio de rúbricas que luego tuvo que pasar por una «validación», la cual consistía en volver a refrendar.
Este mismo proceso se intentó aplicar en 2016 contra Maduro, pero quedó suspendido por una orden del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y a Rodríguez también se le acusó de tutelar el proceso, pese a no formar parte de la directiva del CNE.
Látigo de la oposición
Durante la campaña política para las elecciones legislativas, Rodríguez no perdió oportunidad para señalar y descalificar a los líderes de la oposición, con quienes ha entablado procesos de diálogo en el pasado.
Las palabras «ladrones», «corruptos», «golpistas» o «terroristas» no faltaron en sus alocuciones cuando se trataba de hablar sobre sus adversarios, quienes al mismo tiempo lo señalan de crear «novelas» e inventar historias para involucrarlos en crímenes y que sean penados por la Justicia.
Como titular de Comunicación, Rodríguez presentó en la televisión estatal numerosas grabaciones ilegales que mostraban la supuesta participación de opositores en planes conspirativos para poner fin a la llamada revolución bolivariana.
Ha sido el responsable de la organización de las últimas siete campañas electorales del chavismo, pero además fue el encargado de conformar el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) en 2008.
Además de ser el faro electoral para el oficialismo, ha liderado los fallidos procesos de negociación política con la oposición que ha promovido el Ejecutivo de Maduro con mediación internacional de países y personalidades como el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
La dupla Rodríguez
Además de psiquiatra, el flamante líder legislativo es escritor de cuentos, amante de la lectura y la poesía, pero ante todo un férreo defensor de la izquierda y del chavismo.
Con 55 años y una vida marcada por el asesinato de su padre, Jorge Antonio Rodríguez, durante un interrogatorio en 1973 por el secuestro de un estadounidense en el que se le implicaba, el diputado conforma ahora la dupla de hermanos más poderosos del país junto a Delcy Rodríguez, también exministra y excanciller.
Al igual que la vicepresidenta, Jorge Rodríguez fue sancionado por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EEUU en septiembre de 2018, por ayudar a Maduro «a mantener el poder y solidificar su Gobierno autoritario».
Redacción Maduradas con información de EFE
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