En el sur de México, en un pueblo a más de 300 kilómetros de la frontera con Guatemala, opera un campamento adonde miles de migrantes se preguntan cuál será su destino tras el reciente acuerdo para regular la llegada de venezolanos a Estados Unidos.
El lunes, según el alcalde de San Pedro Tapanatepec, Humberto Parrazales, el número de migrantes se elevaba a unos 14.000, el 75 % venezolanos. Sin embargo, la agencia de noticias AP no pudo confirmar dicha cifra.
Con hambre y pasando frío, así a los migrantes venezolanos, expulsados a México desde los Estados Unidos, los dejaron frente a una comisión de refugiados que está cerrada los fines de semana.
Las autoridades migratorias mexicanas embarcaron en dos autobuses a un primer grupo de venezolanos, que fue expulsado el jueves de Estados Unidos.
Posteriormente, los venezolanos fueron trasladados desde Matamoros, estado de Tamaulipas, hasta la sede de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). Sin embargo, durante los sábados y domingo en el organismo no hay actividades.
Como consecuencia y por no tener a donde ir, los venezolanos se vieron obligados a pasar la noche frente a la Comar en medio del frío y falta de alimentos.
“Nos ofrecieron toda la ayuda. Un albergue mejor porque en Matamoros no contaban con instalaciones y logística, pero nos engañaron, y ahora estamos aquí en la calle solo con lo que tenemos puesto”, dijo al mencionado medio de comunicación Tearrán Acevedo, un venezolano de 32 años de edad, al quejarse del frío y hambre que pasó tras su arribo a la Ciudad de México.
NUEVO PROGRAMA MIGRATORIO
Estados Unidos anunció el miércoles 12 de octubre nuevas medidas para controlar la migración venezolana, la cual viene en aumento en los últimos meses por parte de quienes llegan atravesando mayoritariamente la selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, y varios países centroamericanos.
Se trata de un programa que da estatus legal por dos años a quienes llegan en avión y establece la expulsión inmediata de la mayoría de quienes crucen la frontera por México.
En concreto, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) informó de la creación de un nuevo alivio migratorio para los venezolanos, similar al que ya existe para los ciudadanos de Ucrania, que concede un estatus temporal de dos años a quienes dispongan de un patrocinador en EEUU.
Las medidas tienen el objetivo de «reducir el número de personas que llegan a la frontera» de manera irregular y crear un proceso migratorio «más ordenado» para los venezolanos que huyen de la «crisis humanitaria y económica de su país», aseguró un funcionario del Gobierno estadounidense a la agencia de noticias EFE.
¿QUIÉNES NO APLICAN AL PROGRAMA?
1.- Los deportados de EEUU en los últimos cinco años o las personas que hayan entrado a Panamá o México de manera irregular.
2.- Tampoco serán aceptadas las personas que tengan una residencia permanente o nacionalidad de otro país que no sea Venezuela.
Además, se aclaró que, en un principio, se incluirán en el nuevo programa migratorio estadounidense para los venezolanos a solo 24.000 personas.
Asimismo, los venezolanos deberán demostrar que tienen un patrocinador que tenga un estatus migratorio legal en EEUU y que pueda acreditar que tiene los recursos financieros por el periodo de tiempo que los migrantes vayan a residir en la nación norteamericana.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) informó que para octubre de 2022 existen más de 7.1 millones de refugiados y migrantes de Venezuela en todo el mundo, según las estadísticas oficiales reportadas por los países de acogida y recopiladas por la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial.
De las anteriores cifras mencionadas, más del 80 % se encuentran en 17 países de América Latina y el Caribe.
Eduardo Stein, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), solicitó el miércoles 12 de octubre a la comunidad internacional apoyo urgente para países de Latinoamérica afectados por la diáspora venezolana.
Manifestó que si bien los países de acogida han mostrado un liderazgo constante en su respuesta a la crisis, lo que han hecho hasta ahora no es suficiente.
«Las personas que llegan de Venezuela desean compartir sus habilidades y conocimientos, y aportar a las comunidades que las han acogido con generosidad (…) En un momento en el que el mundo enfrenta numerosas crisis humanitarias, no debemos olvidar a los venezolanos y a los países que los acogen», agregó el funcionario.
Redacción Maduradas con información de EFE y AP
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