Los venezolanos que llegaron a Cúcuta se encontraron con todos los alimentos y productos que en el país escasean, eso sí, con precios mayor al estipulado por el Gobierno. Sin embargo, el incremento en el costo valió la pena, pues pudieron comprar libremente lo que quisieron.
La harina de maiz pudieron comprarla desde 800 hasta 1.125 bolívares, en más de tres marcas distintas. Mientras que la pasta tiene valores desde Bs. 1.040 a 1.280.
La mantequilla se cotizaba en 880 bolívares y el papel higiénico de 12 rollos en Bs. 6.000, precios un poco menores a los que establecen los llamados «bachaqueros» en el país.
El diputado José Guerra aseguró que los precios en Colombia «son menores aún al dólar paralelo».