El 6 de agosto, las autoridades austríacas detuvieron a dos jóvenes que planeaban perpetrar un ataque terrorista durante los próximos conciertos de Taylor Swift en Viena, Austria. «Matar al mayor número posible de personas», esa era la consigna de los jóvenes.
El sospechoso principal, un joven de 19 años con raíces de Macedonia del Norte, confesó sus planes tras ser interrogado por el servicio de inteligencia de Austria (DSN).
Según las investigaciones, el hombre estaba radicalizado en la ideología del Estado Islámico y había estado preparando el ataque desde finales de julio. Había investigado técnicas para fabricar bombas y había expresado lealtad al líder actual del Estado Islámico en línea.
Las fuerzas de seguridad también detuvieron a un segundo sospechoso, un adolescente austríaco de 17 años con orígenes turco-croatas. Este segundo sospechoso había sido contratado recientemente por una empresa que prestaba servicios en el estadio Ernst Happel, donde se iban a celebrar los conciertos de Taylor Swift.
Durante los registros en las viviendas de los detenidos, se encontraron sustancias químicas y dispositivos técnicos, indicando “actos preparatorios concretos”. Además, se incautaron materiales relacionados con el Estado Islámico y Al Qaeda.
Aunque se interrogó a otro adolescente de 15 años que había estado en contacto con los detenidos, la policía no busca a más sospechosos. El ministro del Interior, Gerhard Karner, afirmó que se logró prevenir una tragedia.
Como consecuencia, los tres conciertos de Taylor Swift fueron cancelados por razones de seguridad. Los organizadores, Barracuda Music, lamentaron la decisión pero aseguraron que no tenían otra opción. Los “Swifties”, miles de fans de la cantautora, se vieron afectados, ya que habían viajado a Viena y reservado hoteles y vuelos para asistir a la gira. Los tres recitales estaban completamente agotados.
Redacción Maduradas con información de Infobae
Lea también: Unidad antilavado de Argentina se activó por millonarios movimientos de Ex Clé, empresa que provee tecnología al CNE