«Rusia es un estado terrorista. Nadie perdonará ni olvidará», así lo expresó el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, quien acusó este martes 1 de marzo a Rusia de lanzar 56 ataques con misiles en su país, actos que no dudó en condenar y calificar como crímenes de guerra tras el bombardeo a la «ciudad pacífica» de Járkov (Kharkiv).
«El cohete a la plaza central de Kharkiv es un terror absoluto y no disimulado. Después de eso, Rusia es un estado terrorista. Nadie perdonará. Nadie lo olvidará», sostuvo el mandatario a través de una alocución televisada.
«Hoy, las fuerzas rusas han disparado brutalmente contra Járkov desde la artillería de los aviones. Ha sido claramente un crimen de guerra», afirmó Zelenski en horas de la noche de este lunes, denuncia que reiteró durante su intervención este martes en el pleno de la Eurocámara del Parlamento Europeo (PE), donde se ha pedido agilizar el ingreso de Ucrania en la Unión Europea (UE), como muestra de apoyo en plena invasión.
De acuerdo a cifras citadas por el portal Infobae, los servicios de emergencia de Ucrania reportaron en horas de la mañana de este martes al menos 10 muertos en Járkov tras los últimos bombardeos rusos en la ciudad.
Zelensky aseguró que la defensa de la capital, Kiev, es la prioridad. «Avanzan hacia la capital como en Járkov. Por eso la defensa de la capital es hoy la principal prioridad» de Ucrania, indicó. También, enfatizó que el bombardeo ruso contra Járkov, la segunda ciudad más grande del país, es un «crimen de guerra».
Así la invasión rusa de Ucrania llega a su sexto día. En paralelo, este lunes el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha forzado a su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, a negociar en la ciudad bielorrusa de Gómel, en lo que parecería un intento de acabar con el conflicto, que podría derivar en uno de todavía mayor envergadura en Europa.
De acuerdo a medios internacionales, Kiev está sitiada por las tropas y los carros de combate rusos. En este momento nadie puede salir ni entrar de la capital, mientras que las Fuerzas Armadas de ese país retomaron el control de Járkov, la segunda urbe más importante, que estuvo a punto de caer tras horas de intenso combate mano a mano.