Los pescadores de Río Seco, en el estado Falcón, Venezuela, están luchando por una indemnización debido a la contaminación de su principal fuente de ingresos. La comunidad ha estado presionando al Estado venezolano para que responda a los 38 derrames petroleros de Pdvsa que se han registrado en el Golfete de Coro desde el 5 de septiembre de 2020.
En la actualidad, los residentes de esta comunidad enfrentan condiciones de vida difíciles. Dependiendo de pozos someros para su suministro de agua, con postes eléctricos sostenidos con cuerdas, y calles intransitables o inexistentes, la población se encuentra en una situación de desventaja. Además, la contaminación del golfete ha exacerbado sus dificultades.
La frustración de la comunidad ha llegado al punto de que algunos residentes anticipan un voto de castigo en las elecciones presidenciales de 2024. “Mi pueblo seguro pasará factura”, dijo Nelson Arias, un destacado oficialista en la zona.
Ferguin Reyes, uno de los pescadores que lucha por la indemnización, insiste en que se necesitan cambios. “Aquí no han hecho nada, al menos en este pueblo no han hecho nada”, asegura, refiriéndose a la falta de acción del régimen de Nicolás Maduro.
Daniel Ortiz, otro pescador y residente de la zona, es aún más directo: “Si este gobierno vuelve a ganar, habrá que irse de aquí. Si en estos años no nos han atendido, ahora con los derrames nuestro sustento se acabó. ¡No tenemos nada que dejar a nuestros hijos!”.